Entrevistamos a Jesús Cisneros en el mejor lugar que podríamos hacerlo, en el Teatro Salón Cervantes, donde el actor alcalaíno estará el próximo fin de semana con “Mentiras Inteligentes”. La pieza es una comedia de Joe Dipietro, que se estrena por primera vez en Europa con una versión propia de “Descalzos en el Parque”, la productora del actor. Sobre el escenario estarán, junto a Cisneros, Ma Luisa Merlo, Javier Pradera y Ana Escribano. La mirada de Cisneros tiene ese punto de chico pillo e inteligente que se ha forjado en cientos de escenarios. El actor y productor, afincado en nuestra ciudad desde hace casi 30 años se ha hecho un nombre en la escena nacional a fuerza de mucho trabajo y al que se le ilumina la cara cuando habla de su familia, plagada de actores por los cuatro costados (no sólo su mujer Yolanda Arestegui es actriz, sus dos hijas también han decidido encaminar sus pasos hacia el mundo de la interpretación).
MUY DE ALCALÁ: ¿Qué se siente trabajando con una grande del teatro como es María Luisa Merlo?
JESÚS CISNEROS: Llevamos dos años haciendo ‘Conversaciones con mamá’ y este es nuestro segundo proyecto y desde entonces le han dado la medalla de oro de las Bellas Artes, le han dado el premio nacional Pepe Isbert... Creo que como productor estoy cuidando mucho a una artista muy reconocida con una trayectoria muy interesante. Hace poco le decía “hoy cumplo 30 años sobre las tablas,” y ella me decía, “pues yo llevo 61” (risas). MDA: ¿Y dónde empezó todo? ¿dónde fue su primera representación? JC: En el Teatro Albéniz, el 30 de noviembre de 1988. Estaba en aquel momento, en ese estreno, que era ‘Con la mosca en la oreja’, con un reparto impresionante con Analía Gadé, Vicente Parra... Y estaba presente la entonces reina, Doña Sofía, con su hermana, y en un teatro tan impresionante. Siempre recordaré esa fecha.
MDA: ¿Cuál ha sido su formación como actor?
JC: Yo estudié en el Laboratorio de William Layton y luego he ido creciendo con todos los trabajos que he ido realizando. De los trabajos que más recuerdo, aparte de todos los que he hecho con mi productora, porque la hicimos con el convencimiento de que queríamos hacer las cosas como nos gustaría a nosotros verlas desde el patio de bucatas y para que toda la gente disfrutase del teatro. Y he hecho un teatro para todos los públicos, a lo mejor muy convencional, cuidando mucho la estética y todo lo que tuviese que ver con el espectáculo, pero sobre todo hecho de una manera muy moderna y con mucho ritmo y hecho como creemos que se deben hacer las cosas, cuidando hasta el último detalle. El Don Juan que hice en 1999, junto a Yolanda y bajo la dirección de María Ruiz, la verdad es que fue un momento que también te hace crecer como actor y como artista.
Queríamos que nuestras hijas naciesen y creciesen en un sitio con la tradición de Alcalá de Henares y desde entonces estamos integrados en la vida diaria de la ciudad y nos encanta disfrutarla
MDA: Lleva casi 30 años en nuestra ciudad, ¿por qué eligió vivir en Alcalá de Henares?
JC: Porque Yolanda se había criado aquídesde los 9 años y era una ciudad con una historia fenomenal. Queríamos que nuestras hijas naciesen y creciesen en un sitio con la tradición de Alcalá de Henares y desde entonces estamos integrados en la vida diariade la ciudad y nos encanta disfrutarla.
MDA: ¿Cuál ha sido el trabajo que más ha marcado su trayectoria profesional?
JC: Ha habido dos trabajos fundamentales en mi vida: el estreno de Descalzos por el Parque, porque era mi primera producción, junto a Yolanda, y protagonizábamos la obra los dos. Y mi último trabajo porque he conseguido concentrar todo lo que he ido aprendiendo a lo largo de todos estos años. Yo cada día que subo a un escenario, tengo un objetivo que cumplir y reflexiono esos minutos antes de salir a hacer una función cómo quiero escribir la partitura de esa función. Es algo que me he preparado mucho, que he reflexionado mucho y que quiero dibujarla bien, esa representación concreta, que es muy diferente a la que he hecho ayer. La acumulación de experiencia, de trabajo, de vida... Cualquier cosa que te sucede sirve para alimentar tu trabajo.