En los últimos meses, la Sociedad de Condueños está viendo reconocida su labor, que comenzó en 1850 con la adquisición de la universidad Cisneriana y que aún sigue muy activa, con la protección de todos los edificios que fueron de la Universidad. Después de haber sido nombrada Hija Predilecta de la ciudad el pasado año y con la propuesta a los Premios Princesa de Asturias de la Concordia 2023 a iniciativa de la Universidad de Alcalá y con el "caluroso apoyo" del gobierno regional, la Sociedad ha recibido hoy, de manos de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, la Gran Cruz del Dos de Mayo, uno de los reconocimientos más importantes de la región.
Para Isabel Díaz Ayuso, "La Sociedad de Condueños de los edificios que fueron la Universidad de Alcalá, es una de las instituciones culturales privadas más originales e importantes que existen, pionera y generosa, desde 1850, en crear conciencia de la salvación del patrimonio artístico”.
Fue la primera sociedad particular y privada que se creó en España para salvar y conservar un patrimonio artístico
La Gran Cruz distingue este año a la Sociedad de Condueños de los edificios que fueron Universidad de Alcalá, entidad nacida en 1850 y pionera en España en la protección y conservación del rico patrimonio de la Ciudad Complutense. Esta dedicación le ha valido, al cumplirse este año el 25 aniversario de la declaración de la Universidad y el recinto histórico de Alcalá de Henares Patrimonio Mundial de la UNESCO, su nominación a los Premios Princesas de Asturias de la Concordia 2023 a propuesta de la propia Universidad de Alcalá.
La Sociedad de Condueños de los Edificios que fueron Universidad fue la primera sociedad particular y privada que se creó en España para salvar y conservar un patrimonio artístico, el de la antigua Universidad de Alcalá.
La Sociedad de Condueños, fue fundada por ciudadanos alcalaínos en 1850 que, viendo como los edificios principales de la Universidad Cisneriana iban a ser subastados (estaban sin uso desde el traslado de la Universidad a Madrid en 1836), decidieron salvar el patrimonio de la ciudad aportando el pago de 90.000 reales y creando una sociedad cuya única finalidad era comprar dichos edificios emblemáticos de la ciudad, para preservarlos hasta que volviera a abrirse Universidad en Alcalá, lo que sucedió en 1.977.
La sociedad preserva hasta la actualidad edificios que por su importancia histórica, cultural y artística, hubieran sido destruidos por sus anteriores propietarios, que los habían adquirido en virtud de las leyes desamortizadoras del siglo XIX, para dedicar los solares al cultivo de la morera y a la instalación de una fábrica de hilaturas.
En la actualidad, la Sociedad de Condueños arrienda parte de su patrimonio a la Universidad de Alcalá a cambio de un precio simbólico, gestiona el resto de su patrimonio, y participa activamente en la vida cultural complutense.