La Cabalgata de Reyes de Alcalá de Henares, ¿un éxito o un desastre? Según a quién se pregunte. Por un lado, vecinos y asociaciones del centro aplaudían el nuevo recorrido, por otro, la falta de caramelos, el mensaje "institucional" de los Reyes Magos, y el retraso de las carrozas durante el recorrido opacaron el final de uno de los eventos más esperados del año.
Así, algunas formaciones políticas, entre ellas Más Madrid, se han hecho eco de lo sucedido la noche "más mágica" de todas las fiestas. Para la formación verde, la "chapuza" organizada por el Equipo de Gobierno se merecía un hilo entero en la red social X, "empezando por los abucheos" a la alcaldesa, Judith Piquet.
Al parecer, antes de terminar el recorrido programado, los Reyes Magos se bajaron de sus carrozas para hacerse una foto con el Gobierno complutense. Además, durante el discurso, sus majestades dejaron clara su emoción al ser acompañados por la regidora alcalaína. Ni niños ni ancianos, viva la alcaldesa, y punto.
Por otro lado, la comitiva se encontraba en lo que se podría denominar como el último tercio del camino cuando se quedaron sin caramelos para los niños. Claro, aquí surgió una dicotomía, ¿sí hay dinero para pagar sueldos, pero no se destina el suficiente para comprar caramelos? O, simplemente, se han preocupado por la salud dental de los más pequeños, ¿verdad?
Todo este circo tuvo su propio cierre "espectacular". El Gobierno había preparado un espectáculo de fuegos artificiales. Sin embargo, parece que algunos casquillos cayeron en zonas valladas, pero a muy pocos metros de la gente. Así lo denunciaron desde juventudes socialistas, "el cohete reventó a muy pocos metros de la gente que estaba detrás de las vayas, por muy poco salimos en las noticias, además del pequeño incendio que se provocó en el césped y que apagamos los vecinos con agua".
Si bien es cierto que unas vallas deberían ser suficientemente explicativas para que los viandantes no se colara dentro del recinto, también es verdad que un par de agentes de seguridad que controlaran esos pequeños detalles no habrían venido mal, ¿verdad?