Su música es pasional, desgarradora y verdad. Su personalidad, se asemeja. Se describe inquieto y curioso, con la necesidad imperiosa de sentirse siempre vivo. Con aguante, también. Y con la humildad suficiente como para reconocer, después de dos décadas sobre los escenarios, lo mucho que se puede seguir aprendiendo de los demás.

Miguel Poveda y su vorágine de sentimientos hechos melodía aterrizarán en nuestra ciudad, Alcalá de Henares, en el marco de la programación de los ‘Conciertos de la Muralla’ de este 2017.

Será el 1 de septiembre, en un directo abrazado por el colosal Recinto Amurallado del Palacio Arzobispal. Una cita más que ineludible, pero a la que nosotros no hemos podido esperar para encontrarnos con el artista. Miguel Poveda habla para SoyDe antes de su llegada a la patria cervantina.

Arte por las venas

Miguel Poveda es uno de esos artistas que, irremediablemente, estaban destinados a compartir su arte con el público. “La música ha sido y es una constante en mi casa, estaba predestinado a que yo me comunicara a través de ella”, nos dice. Un futuro marcado que, asegura, nunca pensó que iba a regalarle “tantos buenos momentos”.

Su andadura escénica comenzó hace más de veinte años y, pese a su indiscutible crecimiento profesional, no ha perdido la humildad para continuar aprendiendo “de otras disciplinas musicales y de compañeros que me han llenado de experiencias y conocimientos”. De su trabajo con otros artistas, explica, se queda con “el valor de compartir”, porque ese es su mantra; dar todo lo que puede y más a su público con “amor y constancia, pero, sobre todo, amor”. 

Música y responsabilidad social

“La generosidad y el compromiso deben ser los valores que inculquemos, nosotros (los artistas) tenemos el poder de ser escuchados, no solamente para cantar, sino, también, para concienciar”.

Esas son las palabras que nos dedica Poveda cuando mencionados el notorio compromiso social que tiene su música. Es consciente de lo que implica ser una ‘cara conocida’ y de lo que su imagen puede llegar a transmitir a otras generaciones que le siguen. Miguel ha realizado varios conciertos para recaudar fondos para la investigación contra el cáncer, además de ser recientemente galardonado con los premios ‘Andalucía Diversidad’ por su labor mediática en favor de la normalización y visibilidad del colectivo LGTBI+. Reconocimiento que, nos confiesa, solo le hace esperar una cosa: “contribuir a educar a esas mentes que aún están cargadas de prejuicios”.

Poveda desembarcará en el recinto amurallado el 1 de septiembre/Agencias

Más Poveda

Si hay una cosa que nos queda clara de Miguel Poveda es que, para él, la sinceridad va por delante. Puede decirse mejor o peor, pero dar demasiadas vueltas, intuimos, no es lo suyo. Solo una persona con las ideas claras y la verdad por bandera se atrevería a decir que, pese a que ama su trabajo, recomendaría a aquellos que están comenzando que, “si no sientes esa vocación, no te debes dedicar a esto”. Y no es un consejo gratuitamente prelanzado, su justificación es más que comprensible. “Tengo pasión y respeto por lo que hago, pero en este mundo hay que tener mucha capacidad de aguante”, explica. Pese a esta complicada, a la par que dulce condena que es la música, Poveda sigue subiéndose a las tablas con el deseo de “que el público abra su caja de sentir, ser capaz de emocionarles y hacer que se lleven un buen recuerdo”.

El cantaor nos adelanta que su próximo trabajo está en proceso, que será un disco doble, bajo su sello discográfico ‘Carta Blanca Records’, con el que celebrará una década más en la música, treinta años, y del que ya podemos saber el nombre: ‘El tiempo pasa volando’.

Flotando en el aire nos quedaremos, seguro, el próximo 1 de septiembre en Alcalá de Henares tras su visita. Hasta entonces, Poveda espera su llegada a nuestra ciudad Patrimonio de la Humanidad “ansioso, y con el deseo de que nos abracemos fuerte a través del flamenco y la poesía”.