Este mes de septiembre queremos compartir una reflexión sobre los acontecimientos que tuvieron lugar, en distintas fechas, en las Ferias y Fiestas de Alcalá de Henares. Dichos sucesos nos plantean algunos elementos importantes como: el respeto, la igualdad y la seguridad a la hora de poder disfrutar del ocio, la cultura y la fiesta, como unos derechos que toda persona debería tener sin ningún tipo de restricción con relación a ser joven, a su orientación sexual, identidad de género, expresión de género; etc.
La ciudadanía tenía muchas ganas de relacionarse en este tipo de festividades, sobre todo, después de dos años de restricciones por la pandemia que no permitieron el encuentro. Sin embargo, hubo dos altercados preocupantes en el municipio. El primero fue una agresión verbal LGTBIfóbica en la Plaza de la Juventud, razón por la cual el día 30 de agosto se convocó por parte de las asociaciones de Alcalá a una concentración en la Plaza Cervantes. Es alarmante que todavía existan este tipo de amenazas sobre las libertades y los derechos de las personas.
El segundo suceso y muy conocido por su repercusión mediática y viral, se produjo la madrugada del domingo 28 de agosto tras la intervención por parte de la policía ante un altercado violento ocurrido en la zona de las Peñas dentro del Recinto Ferial. Esto terminó con aglomeraciones, altercados, cargas policiales, miedo y mucha desinformación.
Después de más de una semana de lo ocurrido es lamentable que los medios de comunicación y otras fracciones políticas estén distorsionando los mensajes y generalizado con la información, profundizando así, a los prejuicios y estigmas sociales que existen por ser joven y de otro origen. Estos mensajes lo que hacen es mellar en la exclusión, segregación y criminalización. Es erróneo que se vea a la juventud como un potencial sujeto de conflictos y responsabilizar los problemas que la ciudad tiene en sí misma a lo de afuera.
Lo ocurrido nos hace pensar cómo deberían los festejos y qué necesitamos para asegurar la integridad de todas las personas
Lo ocurrido nos hace pensar cómo deberían los festejos y qué necesitamos para asegurar la integridad de todas las personas. Nos gustaría mencionar algunas ideas que pueden contribuir para que este tipo de celebraciones mejoren. Eso sí, creemos que esto es una construcción colectiva que debe abrirse a un debate para que todas y todos nos sintamos parte y nos dé la garantía y confianza de disfrutar de espacios de cultura y ocio plenamente.
En cuanto a la planificación, se debería integrar a todos los actores que participan de las ferias. Esto en todo el entramado de funciones y responsabilidades que se requiere para la organización y puesta en marcha. También requerirá pensar los puntos de ubicación de los espacios que agrupan personas, y con ello, un análisis de posibles amenazas y la elaboración de protocolos de respuestas.
Otro punto a destacar, es el cambio de paradigma cultural sobre los contenidos de la fiesta y también en el ámbito de las relaciones que se establecen en ella, los mensajes que se lanzan, los espacios establecidos, la identificación de espacios inseguros y/o de riesgos.
Y sobre la dimensión individual de cómo se vive la fiesta, un objetivo transversal sería el lanzamiento de una campaña previa a esas fechas. Así también, la instalación de los Puntos Violetas, con estos ya contamos, y otro sería Puntos LGTBI, sino se prefieren separados y no integrarlos en los Puntos Violetas. Tanto la campaña como los puntos, permite tener la información y contribuye, a la vez, al empoderamiento de las personas ante posibles agresiones sexistas, xenófobas y LGTBIfóbicas.
Lo sabemos, existe un mecanismo ya establecido que toman algunos puntos que mencionamos, pero pensamos que debemos ahondar más y modificarlos de acuerdo al contexto que vivimos y a las dinámicas sociales que se tienen en la actualidad.