“Solo son dos minutos”. El alcalde de Alcalá de Henares, el socialista Javier Rodríguez, demostró su falta de sensibilidad con los vecinos del norte de la ciudad, cuando aseguró que incluir el acceso norte en el proyecto de la reforma de la estación no era tan importante, que sólo son dos minutos más para acceder a las instalaciones cruzando la pasarela.
Esta falta de empatía solo la puede protagonizar alguien que no pisa la calle, que no se baja del coche oficial y no sabe lo que es tener que coger cada mañana el Cercanías. Primero porque no son dos minutos, son algunos más. Es un tiempo precioso sobre todo cuando nos toca ir con prisa. Por no hablar de las personas con movilidad reducida que tienen que enfrentarse a las pasarelas para acceder al otro lado de la ciudad, o las personas que van con el carrito del bebé o con maletas.
El alcalde también justificó que muchos vecinos van directamente a la estación de La Garena a aparcar porque es más sencillo. Una estación, que financió la Comunidad de Madrid y que sí contemplaba los dos accesos a ambos lados de la ciudad y un paso inferior de conexión de los barrios. Y una estación, por cierto, en el que no paran los trenes directos, los Civis, entre Alcalá y Madrid. Supongo que esos usuarios tendrán que ir a la estación central a perder tiempo aparcando y a perder tiempo dando la vuelta por la pasarela.
Como decía, el proyecto de la estación de tren que ahora se licita no incluye un acceso norte. Sí incluye la mejora en la accesibilidad en los andenes, pero eso también lo contemplaba el proyecto que anunciaron en 2019 y que paralizaron en 2021 para incluir esta reforma integral, más estética que funcional.
El alcalde también justificó que muchos vecinos van directamente a la estación de La Garena a aparcar porque es más sencillo
Olvidarse de los vecinos del norte de Alcalá, como si la situación fuera la misma que hace cuarenta años, denota el plan de ciudad que tiene este alcalde, de más foto y marketing que arreglar los problemas de los alcalaínos, que se vean obras aunque realmente no den solución a las necesidades de los vecinos. El proyecto no es para una estación del siglo XXI sino de los años 60, porque no tendrá en cuenta el gran crecimiento que ha tenido la ciudad a este lado de la vía.
Javier Rodríguez también dijo que incluir ahora el acceso norte paralizaría el proyecto. Las excusas de mal pagador que dio el alcalde para no incluir este acceso norte son lamentables. También dijo que nadie había propuesto esta alternativa. Es difícil plantear mejoras en proyectos cuando tu ‘transparencia’ evita que informes a la oposición, que se tuvo que enterar por los medios de comunicación. Así que en lugar de reconocer su error, asumir que se habían olvidado de los vecinos de El Ensanche, el Campo del Ángel o el Chorrillo, y asegurar que se pondrán a trabajar en solucionarlo y exigir al Gobierno de Pedro Sánchez que se modifique, da excusas de mal pagador. El alcalde, tan exigente con Ayuso, guarda silencio ante Pedro Sánchez. Qué cosas.
Ahora parece que para coger ese tren de los vecinos que se les va, han rebuscado y encontrado, sin asumir su error, su desconocimiento y falta de previsión, que el proyecto de reforma puede tener modificaciones. Entonces ahora sí puede haber acceso norte, antes no, y cargaron contra aquellos que pedíamos su modificación y se rieron de los vecinos. Ahora ¿sí les preocupa los dos minutos, el acceso de personas con movilidad reducida o no le importa al alcalde o el que ya no se para el proyecto? De equivocación en equivocación. Su forma de gestionar ha quedado mostrado una vez más.
P. D. De cómo funciona el Cercanías ya hemos hablado y seguiremos hablando. Pero más Civis y más inversiones para evitar las demoras y averías casi diarias son más que necesarias, como el propio alcalde reclamaba cuando el PP estaba en La Moncloa. Pero claro, para reclamarlo ahora se tendría que quitar la camiseta del PSOE y ponerse la de Alcalá, pero esa camiseta no la encuentra.