Desplazarse por la carretera, tener que utilizar el coche o el autobús para cruzar las vías del tren o no poder participar en las fiestas de la ciudad por no existir un baño adaptado son algunos de los ejemplos que denuncia Esther Ramiro, una vecina de Alcalá de Henares, harta de que el Ayuntamiento obvie su queja. El mensaje es claro: ¡Queremos ciudades accesibles!
La alcalaína lleva varios años protestando al Ayuntamiento de nuestra ciudad para pedir, por activa y por pasiva, que ponga solución a la imposibilidad de transitar por varios puntos inaccesibles de Alcalá. Sin embargo, la respuesta siempre es la misma: “ya hemos acometido muchos rebajes en esa zona”, obligando a la afectada a cambiar el recorrido estipulado.
Sin embargo, pese a la negativa del consorcio, Esther no ha cesado en su intento de seguir revindicando qué es lo que quieren los ciudadanos para mejorar sus ciudades “con la esperanza de que algún día decidan sustituir los imposibles pasos por unos sostenibles”, escribe Esther en el blog Sinbarreras.net. Para ello, Ramiro ha convertido su petición en un reivindicativo cómic que ha compartido a través de sus redes sociales.
Pero esto no afecta exclusivamente a Esther, “hay un número significativo de mayores que viven en la zona y ven limitada su libertad de movimiento como ocurre también a aquellas personas que utilizan bastones, muletas, andadores o simplemente caminan con dificultad”, continúa Ramiro en su queja.
Además, Esther ha insistido en que tampoco ha contado con la posibilidad de conocer el presupuesto actual porque, tal y como describe en el texto, “el Ayuntamiento antepone obras estéticas sin ninguna utilidad” como la nueva rotonda construida en el barrio Puerta de Madrid. La cual, según algunos vecinos, ha quitado aparcamientos y ha hecho que los coches que la cruzan pasen todavía más rápido”.
“Es el momento de empezar a cambiar y rompernos el coco para diseñar lo urbano pensado en la dimensión humana en lugar del coche”, concluye Esther en su escrito en el que hace hincapié en la necesidad de que las ciudades sean vivibles y amigables para todos.
La normativa ministerial VIV/561/2010, de 1 de febrero, limita al 1 de enero de 2019 la fecha para que el espacio urbano ya construido sea accesible en aquellos espacios que sean susceptibles de ajustes razonables, mediante las modificaciones y adaptaciones que sean necesarias y adecuadas y que no impongan una carga desproporcionada o indebida. Ahora, Esther, espera convencer a los vecinos de nuestra ciudad para que sean conscientes de que “quieren un cambio de paradigma para que dejen las modas y empiecen a pensar en el futuro”.