Sergio Ramírez se suma a la familia de los Premios Cervantes. El escritor nicaragüense ha sido distinguido con el máximo galardón de las letras hispánicas que acoge Alcalá de Henares.

El paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares ha vuelto a engalanarse para acoger a sus Majestades los Reyes y a uno de los escritores más prolíficos del país centroamericano.

Quien también fuera vicepresidente de Nicaragua no ha olvidado su tierra durante su discurso en el Paraninfo de nuestra universidad. No se ha olvidado de los “asesinados por reclamar justicia y democracia”. "No hay nada que pueda y deba ser más libre que la escritura", proclamaba el autor.

Sin perder atisbo de justicia, su discurso aseguraba que "a lo largo de los siglos, la historia se ha escrito en contra de alguien o a favor de alguien. La novela, en cambio, no toma partido, o, si lo hace, arruina su cometido".

Sus palabras desprendían reivindicación, pero no se ha olvidado que se encontraba en un atril recibiendo un premio a las letras, una distinción con el nombre de uno de los más ilustres escritores, y, desde ese púlpito, ha abanderado una de las lenguas más importantes del mundo. "Cervantino y dariano, ato mi escritura con un nudo que nadie puede cortar ni desatar. Un nudo de palabras en mi oído desde la infancia, amamantado en una lengua híbrida que traía los viejos sones del siglo de oro represados en la arcaica verbal campesina, y entreveradas a esas palabras, que brillaban como gemas antiguas entre el polvo de los siglos".