Carmen iba a ser madre por segunda vez, pero cuando comunicó la noticia de su embarazo en la empresa en la que trabajaba, no hubo celebraciones; la despidieron acabando con la principal fuente de ingresos de la familia. En marzo llega la pandemia, y poco después en abril, en la cresta de la primera ola nació el pequeño. Carmen no consiguió contactar con los Servicios Sociales del Ayuntamiento y finalmente, acudió a Cáritas. Como Carmen miles de personas más durante los últimos meses han vivido situaciones verdaderamente difíciles, en las que las entidades solidarias de nuestra ciudad han sido un autentico salvavidas para quienes no veían la forma de salir adelante.
Cáritas, Cruz Roja, Banco de Alimentos, Remar, Próvida. Todas ellas son asociaciones con sede en Alcalá de Henares que han suplido durante los últimos meses las deficiencias de los Servicios Sociales municipales, en los que la atención presencial se encontraba suspendida y los teléfonos colapsados. En la mayoría de los casos desde este servicio se han realizado gestiones de puro trámite, como la elaboración de informes, sin llegar a proporcionar ayudas directas para paliar las dramáticas situaciones de muchos alcalainos, que generalmente fueron derivados a las distintas entidades solidarias de la ciudad. Estas organizaciones cuyos fondos proceden mayoritariamente de sus socios y de donaciones particulares han trabajado incansablemente, -desde hace ya casi un año-, para llegar a quienes más lo necesitan conformando una red que ha evitado miles de caídas al vacío de la indigencia.
Alguien a quien acudir
Tras la declaración del estado de alarma y con el confinamiento estricto de los primeros meses muchas familias se vieron golpeadas inesperadamente por la precariedad. Pérdidas de empleos, ertes que no llegaban a cobrarse, y la imposibilidad de salir de casa a buscarse la vida. "En mayo ya triplicamos el número de personas atendidas en 2019. Al principio fue complicado, la gente tenía mucho miedo, desconocíamos como actuar frente al Covid" explica Trini Vivó, coordinadora de Acción Social de Cáritas diocesana, que especifica que "más de la mitad de la gente que acudió en ese momento, nunca había venido a Cáritas antes. Hubo un aumento puntual significativo hasta que la gente pudo reorganizar sus vidas entorno al Covid"
Donde también han notado un aumento significativo de la demanda de ayudas es en el Banco de Alimentos. Antonio Díaz, delegado del corredor de Henares comenta que “el Banco de Alimentos proporcionaba una comida al día a 140.000 personas a través de unas 540 entidades, ahora estamos en 190.000 al día, entre ellos 33.000 niños. El nivel de pobreza, de personas en situación de necesidad en la Comunidad de Madrid ha aumentado aproximadamente un 17%”.
Durante aquellos primeros meses en los que se vivieron situaciones de auténtica emergencia Marcos Díez responsable de Remar del área Este de Madrid, cuenta que en esta zona acogieron a más de 500 personas en situación de calle, que durante el confinamiento no tenían donde refugiarse. También desde Cruz Roja se desarrolló una importante labor de atención a estas personas sin hogar, “en concreto en Alcalá de Henares estamos hablando de en torno a 50 personas, que se encuentran totalmente desprotegidas y en una situación de vulnerabilidad que se hizo patente especialmente durante el temporal de nieve” señala Oscar Godoy, presidente Cruz Roja del Corredor del Henares Norte.
Si hemos podido hacer frente a esto porque la gente se ha volcado con nosotros, la respuesta ha sido magnífica
De igual forma en Provida Alcalá, su presidenta Amelia Díaz Muñoz habla de un “aumento exponencial de los usuarios”. Además en este caso se trata de un perfil muy concreto, madres y familias con bebes y niños pequeños que necesitan productos muy específicos con un coste difícil de asumir para muchas personas. No obstante Amelia subraya que “si hemos podido hacer frente a esto porque la gente se ha volcado con nosotros, la respuesta ha sido magnífica”.
Una mano tendida
Una respuesta que ha sido unánime por parte de los socios y voluntarios de todas estas asociaciones, que han permanecido al pie del cañón, trabajando incansablemente conscientes de que en ese momento eran más necesarios que nunca. Sin embargo, muchos de estos voluntarios eran personas mayores de 65 años, un colectivo de riesgo. “Durante los primeros meses hubo que mandar a los mayores a sus casas. Hicimos un llamamiento para conseguir voluntarios y entre las personas que estaban en erte, despedidos, estudiantes, vino una cantidad tremenda de gente, fue algo extraordinario, es digno de resaltar la voluntad de la gente para ayudar” resalta Antonio Díaz. Algo similar ocurrió en Cruz Roja donde gracias a sus más de 400 voluntarios y a las donaciones de sus socios pudieron atender a quienes acudieron a ellos. Una atención que también ha cambiado con la pandemia, priorizando los medios telemáticos sobre la atención presencial.
Asimismo, desde Caritas cientos de voluntarios se mantuvieron al pie del cañón desarrollando labores de acuciante urgencia como repartos de alimentos, pero sin olvidar otras actividades y programas quizá menos urgentes pero igual de necesarios como el proyecto de “Lengua y Cultura” para mujeres inmigrantes. Encarna Gallego, voluntaria de Cáritas que lleva esta iniciativa se mantuvo en contacto con sus alumnas durante los meses de confinamiento. “Pensé que sería bueno que supieran que estábamos ahí que se sintieran escuchadas y acompañadas” cuenta Encarna, que se mantuvo en contacto con ellas retomando la enseñanza de manera telemática.
Gracias a las diferentes iniciativas llevadas a cabo por estas asociaciones, a la generosidad de los voluntarios y los socios miles de personas han logrado salir adelante, no solo por la ayuda material que han prestado, sino porque han sido un apoyo para quienes ya no sabían a qué atenerse, la cara más humana de esta pandemia en la que la soledad y la deshumanización se han convertido en enemigos igual de peligrosos que el propio virus.
Sin embargo, no podemos olvidar que todavía estamos lejos de acabar con esta situación, que existen muchas personas que no ha conseguido reorganizar su vida entorno a las nuevas circunstancias. Por ello desde Cáritas, Cruz Roja, Banco de Alimentos, Remar y Próvida agradecen la generosidad de los alcalaínos y realizan un nuevo llamamiento a colaborar de la forma que sea, para que todos juntos logremos salir de esta sin dejar a nadie atrás.