Detrás de cada persona hay una historia que espera ser contada aguardando a que le den voz. David Galván es asesor fiscal en Alcobendas y hace 30 años sufrió un Sarcoma de Ewing. Él ha dejado a un lado los gráficos para adentrarse en el papel y las palabras con el fin de plasmar sus vivencias en una novela que lleva por título "Bailando con los lobos hacia la luz".
Uno de cada un millón de jóvenes de quince años sufre la enfermedad del Sarcoma de Ewing, un tipo extraño de cáncer que se da comúnmente en niños y adolescentes. Ese "uno entre un millón" fue David Galván, a quien en 1991 le diagnosticaron esta patología en el Hospital Ramón y Cajal. Este le ha dejado una serie de secuelas físicas y sensitivas, entre ellas la pérdida auditiva.
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Bailando con los lobos hacia la luz narra la historia de David desde que nació hasta ahora, aunque principalmente se centra en su etapa hospitalaria. "Hablo de los tratamientos de aquella época y de sus consecuencias emocionales", cuenta el escritor. Además, describe cómo se sentía en cada momento durante todo el año que pasó ingresado, y es que la vida se ve distinta desde una habitación de hospital.
"Hace cinco o seis años empecé a tratar de analizar qué es lo que me estaba pasando, y gracias a ello he conseguido llegar a un estado de calma que se que tengo ahora, aunque me queda mucho camino por recorrer", declara el escritor. "He tardado muchísimos años en sacar fuerzas para escribir mis vivencias, pero creo que ha merecido la pena", sigue contando.
Contar tu historia al mundo no es tarea fácil porque al final es dejar un pedacito de ti en esas líneas, y para hacerlo hay que encontrar el momento perfecto. "Fue un hecho puntual, no se si fue casualidad", afirma. En 2021, llevaba más de diez años intentando escribir esta novela, pero cada vez que se ponía delante de un ordenador las fuerzas le abandonaban y apagaba la pantalla.
Sin embargo, llegó el verano y empezó a tomar clases de yoga. La primera fue genial, pero al día siguiente se despertó con un dolor de barriga "tremendo". Él lo identificó como una señal que le estaba mandado su cuerpo para decirle que era el momento de mostrar su experiencia al mundo. Se sentía fuerte y preparado. "He tardado mucho en sacar fuerzas para escribir mis vivencias, pero creo que ha merecido la pena", menciona.
"He tardado muchísimos años en sacar fuerzas para escribir mis vivencias, pero creo que ha merecido la pena"
En un primer momento, la novela iba a titularse Un camino hacia la luz, pero "me sonaba a un libro un poco religioso", dice dejando entrever una sonrisa. En uno de los capítulos del documento, Galván habla de la película Bailando con lobos de Kevin Costner, la cual vio con su prima durante tres horas totalmente absorto, ajeno a cualquier efecto de la comunicación, y le impactó tanto ese momento que no la ha vuelto a ver. Le dio un impulso más para seguir adelante.
"No he sentido fuerzas para volver a verla por el recuerdo que tengo tan bonito con ella y porque me sentí tan bien que dije: no quiero volver a verla, no quiero volver a tener ese momento", expresa el escritor, aunque también afirma que es una de sus tareas pendientes.
Asimismo, David Galván declaró: "durante todo mi camino luché con muchísimos lobos emocionales y físicos que intentaron derrotarme y ganarme, pero al final fui yo el que los derroté".
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Por otro lado, los beneficios del libro van dirigidos a la Fundación La Sonrisa de Alex, la cual creo Javier, amigo del escritor, tras fallecer su hijo para ayudar a que otros niños no sufrieran lo mismo que el; y Aladina porque es la organización más potente a nivel de cáncer. "Se centra muchísimo en los cuidados emocionales para los enfermos de cáncer que ese fue mi pequeño talón de Aquiles", cuenta. "Es un guiño hacia esta para que puedan seguir adelante", sigue diciendo.
El martes 15 tuvo lugar la presentación de Bailando con los lobos hacia la luz en el espacio Miguel Delibes de Alcobendas. Acudió una gran multitud de gente y se agotaron los libros que tenían para vender. "El Ayuntamiento se ha portado de maravilla con nosotros, nos cedió las instalaciones".
David Galván espera poder repetir esta experiencia, mientras tanto quiere que la gente conozca su libro, para que el público sepa de su historia y cambien ese chip que "tenemos" de ir corriendo a todos los lugares y no no "detenernos" a mirar lo verdaderamente importante. "Deberíamos estar agradecidos cada mañana por el hecho de que levantarnos, abrir la ventana y ver el sol”, espeta.