La gastronomía española está llena de platos sencillos y deliciosos que, además, son muy nutritivos, como pueden ser unas lentejas, un pisto, o una tortilla de patatas. Unos platos que los mayores de Alcobendas van a aprender a preparar en el nuevo curso de Cocina de supervivencia que se ha puesto en marcha en el Centro de Mayores de la Calle Orense.
Hasta el mes de junio en el Centro de Mayores de la calle Orense se imparte el taller Cocina para principiantes. Todos los miércoles una decena de alumnos (todos hombres, por casualidad, dado que fue por sorteo) aprenden sencillas y nutritivas recetas de cocina y también a utilizar el microondas como una alternativa fácil y cómoda.
El pasado miércoles fueron a visitar el taller el alcalde en funciones, Rafa Sánchez Acera y la concejal de Mayores, Inma Puyalto. Ese día tocaba potaje de vigilia y torrijas “más de temporada, ¡imposible!” dice Carlos, uno de los alumnos. El curso está pensado para que los alumnos aprendan ‘cocina de supervivencia’. Así, por ejemplo, se les enseña a hacer lentejas, pisto, calabacín relleno, manzanas asadas, tortilla de patatas, pescado al microondas... Recetas, todas ellas, sencillas y saludables. “Me encanta comer y no sé cocinar y tampoco a mi mujer le gusta demasiado. Por eso quise apuntarme a este curso. Lo que más me apetece aprender son los guisos”, cuenta Pablo.
Lo que se busca en este taller es potenciar capacidades cognitivas: atención, memoria, planificación...
Además de los objetivos antes referidos, lo que se busca en este taller es potenciar capacidades cognitivas: atención, memoria, planificación... En este último sentido, cada día, al finalizar la clase, se propone el plato del día siguiente y uno de los alumnos se encarga de hacer la compra. Esta vez, para el potaje y las torrijas, le ha tocado a José Luis: “Soy viudo y aunque me voy apañando necesita ba saber cocinar más cosas. Además, aquí no solo aprendemos a cocinar, sino también a trabajar juntos, a planificar, a comprar, a recoger”.
Potenciar las relaciones sociales, la comunicación, el compañerismo son también características del curso. Se trabaja en grupos y mientras uno pela, otro corta, otro recoge, otro friega... “trabajamos en equipo. Tanto es así que, la verdad, a veces se nos queda un poco pequeño el espacio”, dice Javier. A su lado, Carlos cuenta a sus compañeros que él se ha adelantado y esta semana ha practicado haciendo torrijas “aprovecho cualquier oportunidad que me ofrecen los Centros de Mayores de aprender. Este taller, por ejemplo, me parece genial. Vivo solo con mis padres y quería echar una mano en casa. Cada día, cuando salgo del curso, ya pienso en cocinar y empiezo a investigar y a probar nuevos platos”.
Por eso, además de la receta está siempre muy atento a los ‘truquitos’ que las terapeutas les cuentan como que es mejor “cocer las espinacas aparte para que no suelten agua en el potaje o que, si algo se quema nada de remover, se cambia de cacerola y listo”. Una vez finalizan los platos, llega lo mejor: los catan, los comparten y se llevan parte a casa para que los prueben los suyos.