Alcobendas ha abierto esta semana un gran espacio donde reflexionar y debatir sobre un actual e importante debate: el buen uso dela tecnología. Más de 350 personas han participado en esta jornada educativa, en la que se han abordado problemas y situaciones que su uso indiscriminado provoca en la población infantil y juvenil. Ha sido un interesantísimo encuentro donde profesionales de la educación, familias, AMPA, estudiantes y asociaciones han podido escuchar a distintos expertos contestar a la pregunta ¿Pantallas tóxicas? La jornada ha contado con la implicación de una amplia representación de la comunidad educativa de Alcobendas y de los equipos directivos de los centros, que, como es habitual, han participado muy activamente.
Comprometidos con el bienestar de los alumnos
La alcaldesa, Rocío García Alcántara (PP), y el viceconsejero de Política y Organización Educativa de la Comunidad de Madrid, José Carlos Fernández Borreguero, han sido los encargados de iniciar este encuentro, amplio por su duración y multidisciplinar por la diversidad de expertos convocados. La primera edil alcobendense ha subrayado el compromiso de Alcobendas “con el bienestar emocional de sus alumnos y el trabajo continuado que se realiza de todos los servicios educativos para la prevención delos problemas que las pantallas provocan”. Por su parte, el viceconsejero destacó la importancia de acompañar “la transformación digital con la reflexión y la inteligencia emocional” y ha recordado la puesta en marcha en breve del sello del buen uso de pantallas.
La tiranía de la tecnología
La ponencia del conocido ensayista, filósofo y escritor César Antonio Molina, La colonización de la educación, ha servido como punto de partida de la jornada, presentando una realidad que forma ya parte de la agenda pública de familias, docentes y otros protagonistas. Molina ha explicado que no se opone a la tecnología, “sino a su tiranía e intereses comerciales”. Ha defendido la reflexión, el silencio, la intimidad y la lectura y la escritura, “porque fomentan el razonamiento”. “La biblioteca es memoria individual; la tecnología, almacenamiento”, recalcó.
Pegados a una pantalla
Mar Romera, reconocida psicopedagoga y especialista en inteligencia emocional, presentó en su conferencia ¿Pegados a una pantalla?: educación, inteligencia emocional y tecnología las claves para gestionar el uso de las pantallas en menores y enfatizó que “lo primero que deberíamos hacer los adultos es no utilizar pantallas delante de los pequeños, aunque sean bebés”. También se refirió a los límites y a la gestión emocional de las redes sociales, ofreciendo herramientas y claves de interpretación. La conferencia despertó mucho interés entre los participantes, que pudieron compartir con la experta granadina toda la jornada y conversar con ella en los grupos de reflexión.
Cortometraje ‘Perder’
Rubén Guindo fue el encargado de poner imágenes a la jornada con su cortometraje Perder, que conmovió al auditorio, el cual se identificó con las distintas situaciones del audiovisual y compartió con este director de cine sus preocupaciones en los binomios niños-móviles e internet-violencia.
Lo que las pantallas no enseñan
En la mesa titulada Lo que las pantallas no enseñan, participaron cuatro profesionales: Isabel Serrano, especialista en los protocolos educativos de móviles y de acoso escolar; Laura Escalada, experta en adicciones tecnológicas; Rocío García Leaniz, de la Fundación Fase y el programa Empantallados, y Raquel Lapeña, directora del IES Severo Ochoa de Alcobendas. Las cuatro expertas presentaron sus experiencias, explicaron la necesidad de protocolos y límites, hablaron de las carencias de desarrollo cognitivas y emocionales, y esbozaron herramientas para educar en el buen uso de las tecnologías.
Grupos de trabajo
Cuatro grupos de trabajo se organizaron por la tarde para intercambiar, reflexionar y responder desde la cotidianidad al a pregunta clave de esta jornada: ¿Pantallas tóxicas?; para ello recogieron todas las ideas de las intervenciones de la sesión matinal y, entre padres y familiares; profesores y educadores, y profesionales de la salud, pudieron plantear problemas e inquietudes y formular posibles soluciones.