Tres colaboradores de la ONG Médicos Sin Fronteras han sido asesinados mientras trabajaban en la región etíope de Tigray. Entre las víctimas, que perecieron en un ataque al vehículo con el que se desplazaban por la zona, se encontraba María Hernández, vecina de Alcorcón nacida en Salamanca.
María era originaria de Sanchotello, un pueblo salmantino, pero vivió en el municipio madrileño durante años. Junto a ella, coordinadora de emergencias de MSF, se encontraban dos compañeros de origen etíope: Yohannes Halefom Reda, asistente de coordinación y Tedros Gebremariam, el conductor del transporte atacado. Ambos de 31 años.
La prioridad actual es repatriar el cuerpo lo antes posible
María trabajaba en ayuda humanitaria desde hacía al menos cinco años. Comenzó sus labores en República Centroafricana y después se trasladó entre Yemen, Sudán del Sur, Méjico y Nigeria. A pesar de los desplazamientos, su residencia y sus amigos la esperaban en Alcorcón para aquellos momentos de pausa en su trabajo.
MSF ha informado a través de un comunicado que perdieron el contacto con el coche la tarde del jueves y, el viernes 25, encontraron el vehículo vacío y " a unos metros de distancia, sus cuerpos sin vida". Desde el mismo mensaje han aprovechado para condenar con dureza el ataque y lamentar la pérdida de los voluntarios.
Actualmente la prioridad es repatriar el cuerpo de María. La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, mantiene contacto permanente con su homólogo etíope, Demeke Mekonnen, para agilizar todo lo posible el trámite.
Exteriores expresó su "más sentido pésame" a los familiares de la cooperante, y explicó que desde la Embajada de España en Etiopía "se están haciendo todos las gestiones administrativas necesarias para agilizar al máximo la repatriación del cuerpo". Además, está en contacto con las autoridades etíopes para esclarecer los hechos.