La cadena de restaurantes de sándwiches artesanales gourmet ‘Puccias’ acaba de inaugurar un nuevo local en el Polígono industrial Ventorro del Cano, concretamente en la calle Vereda de los Barros, número 2A bis. Nos cuenta más el CEO de la empresa, Luis Felipe Rego, que ha hablado para los micrófonos de Televisión de Madrid y Soy-de: “Se trata de unos sándwiches con un pan muy delgado, cocinado al momento con masa madre, relleno de los ingredientes más naturales y sanos que hay en el mercado y muy pocos carbohidratos, sin químicos ni conservantes”. En este sentido, Rego añade que “todo se produce en casa, no compramos nada hecho, nosotros lo cortamos, cocinamos y horneamos”.
Las instalaciones de Puccias suponen un nuevo concepto en la ubicación en la que se localizan: “Esto, en origen, era la fábrica, pero nos dimos cuenta de que por aquí pasaban 50-60.000 personas cada día buscando un lugar para comer algo, así que decidimos abrir el restaurante para servir desayunos, comidas y afterwork, además de que desde aquí también producimos todo lo que se distribuye a nuestras cocinas”.
Puccias comenzó su andadura en el año 2018, ocupando un nicho de mercado de comida rápida saludable: “Yo soy de origen mexicano, residente en EEUU, y cuando llegué a España vi que había necesidad de ofertar esta clase de menús para gente que tiene prisa pero quiere comer bien; una Puccia tiene solamente 250 calorías, y en su momento era de las pocas alternativas de este tipo que también se podían pedir para llevar, además de las ensaladas que tenemos”.
“Aunque se tenga prisa, es posible consumir un producto artesanal y sano como las Puccias, que apenas tienen 250 calorías”.
La pandemia supuso un duro golpe del que afortunadamente se han podido recuperar, continuando su proceso de expansión, con la previsión de apertura de más locales, 3 de ellos ya en construcción, que generarán aproximadamente una treintena de empleos en Alcorcón, y que se suman a las 5 cocinas abiertas en Chueca, Tetuán, Salamanca, Delicias y Alcorcón, a las que se unirán Azca, la Torre del Instituto Empresa de Caleido y un Food Truck permanente en el AutoCine.
“En 2020 todo tuvo que cerrar obligatoriamente, faltaba información, nadie sabía nada acerca del virus, y aunque teníamos la opción del Delivery yo decidí no seguir abriendo, porque ponía en riesgo a mi gente; fueron momentos muy difíciles y complejos, que te sirven para valorar muchas cosas”, sostiene, y subraya que “en aquel momento éramos 10 personas y sobrevivimos, tuvo que ser necesaria una inyección de mis socios para poder mantener a la plantilla, nos ayudamos un poco. La primera cocina se abrió en el barrio de Chueca, donde teníamos un 70% de clientes turistas, y nos tomó tiempo que la gente local entendiera nuestro producto y quisiera consumirlo”, explica.