Jesús Santos ha instado al Gobierno autonómico a poner en marcha un modelo de gestión de residuos que ofrezca alternativas a los vertederos. Vestido con su uniforme de trabajador de la limpieza, el teniente de alcalde y diputado quiso visibilizar este problema. “Yo no soy político, sino que soy un basurero haciendo política. Y hoy, les hablo desde la experiencia”, subrayó tras narrar cómo es un vertedero por dentro. “Cada vertedero es una bomba económica y ecológica que está a punto de explotar” advirtió Jesús Santos, quien también afirmó que “el Gobierno de la Comunidad de Madrid tiene la obligación política y moral de poner en marcha un modelo alternativo que camine hacia el residuo cero”.
Cuatro propuestas para poner en marcha la transición hacia un nuevo modelo
El también portavoz de Ganar Alcorcón ofreció cuatro líneas de actuación para que la Comunidad de Madrid pusiera en marcha esta transición. En primer lugar, indicó la necesidad de una inversión ambiciosa para instalar nuevas plantas de reciclaje y apostar por la innovación, cooperando con universidades y empresas del sector. “O invertimos ahora para tener una industria puntera de economía circular, o, cuando los vertederos colapsen, alguno correrá a construir incineradoras para que la basura, que ya no cabe bajo tierra, la respiren nuestras hijas e hijos”, alertó Santos.
El segundo ámbito que se destacó fue ampliar el reciclaje del residuo orgánico, para lo que propuso invertir en plantas de tratamiento y ayudas a los Ayuntamientos para instalar composteras comunitarias en los barrios: “Con el reciclaje del residuo orgánico podríamos reducir hasta la mitad de lo que mandamos a vertedero. Sin embargo, en muchos municipios no podemos instalar el quinto contenedor porque no tenemos a dónde llevarlo” recordó.
El mejor residuo es el que no se genera.
En tercer lugar, apremió al Gobierno autonómico a que creara una Agencia Regional de Residuos, para ejecutar una estrategia conjunta en este ámbito, tal como se aprobó por unanimidad durante la pasada legislatura. Finalmente, destacó la necesidad de un mayor compromiso institucional para promover una nueva cultura ecológica, con el fin de que la producción y el consumo sean compatibles con la vida. “Llevemos la filosofía del residuo cero a los comercios, a las industrias, a los restaurantes, a los hoteles, a las comunidades de vecinos, a los colegios… Porque el mejor residuo es el que no se genera” propuso.