Madre de dos hijos de acogida, devota del servicio público y ‘Manolista’ confesa -fan de Manolo García, nada que ver con el ex alcalde fuenlabreño Manuel Robles-. La alcaldesa de Alcorcón, la socialista Natalia de Andrés, estrena el 2020 en los estudios de SDO donde afronta “con ganas y mucha ilusión” el nuevo año político. ‘Nunca el tiempo es perdido’ podría ser la banda sonora del recién bienvenido curso que, según espera, sirva para ejecutar el proyecto de partido que la llevó hasta la alcaldía. Con una fecha de caducidad fijada en un máximo de dos legislaturas al frente de la casa consistorial alfarera, De Andrés confiesa arrepentirse únicamente de haber pecado de “inocente”: “pensábamos que podríamos ir más deprisa de lo que lo hemos hecho, pero las limitaciones económicas, las limitaciones organizativas, lo pesada que es la máquina de la burocracia, han pasado factura”. Quizás, y solo quizás, esto les haya ayudado a plantar los pies en la tierra y fijar los objetivos, metas y propósitos del neonato 2020. “Son obstáculos que no sabíamos que nos íbamos a encontrar, pero nuestro trabajo es resolverlo, es dar solución a los problemas”, por ello no es de extrañar que las primeras medidas a implementar en el “primer trimestre o semestre” del año tengan un marcado carácter social.
“Medidas relacionadas con la recuperación del espacio público que son las que más nos reclama la población porque el abandono es muy grande”, espetaba la líder del Ejecutivo local convencida de que atajando este problema se ‘hace ciudad’. También habrá cabida para aquellas iniciativas volcadas con la “recuperación de políticas sociales” y la “participación ciudadana”. Unas líneas de actuación inviables sin la aprobación de unos Presupuestos Municipales que llevan prorrogados desde el vetusto 2016. Sin embargo, para la mandataria local, el no tener presupuestos a día de hoy no es una cuestión “baladí”; y nos explica, “estamos a expensas de la conformación del Gobierno de la Nación, un Gobierno que ha planteado la posibilidad de la derogación de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de las Administraciones Públicas”. En virtud de la misma, los ayuntamientos, independientemente de su color, no tienen la posibilidad de “tener unos presupuestos ajustados a las necesidades de la población”; así, defiende, “nos compensa esperar porque, sino, las limitaciones que tendríamos serían tan grandes que no sería viable poner en marcha los proyectos que tenemos”.
La alcaldesa de Alcorcón, junto al equipo de Soyde. / Redacción
Si cada uno asume su papel y hace su trabajo, nos podremos poner de acuerdo en muchas cuestiones
CREAA: ¿soluciones a la vista?
Aprovechando la coyuntura del nuevo año, inevitablemente debíamos hacer autocrítica. Eso sí, paso a paso. Respecto a la relación con la Oposición, la alcaldesa era clara, “es complicada”, especialmente, incidía, porque “el PP no ha asumido que está en la Oposición”. La regidora socialista abogaba por una conducta proactiva donde se planteen alternativas y ponía de ejemplo a la formación naranja liderada por Diana Fuertes asegurando “romper una lanza a su favor”. “Ciudadanos está haciendo una oposición sensata; de hecho, muchas de las propuestas que hacen en los Plenos están siendo aprobadas por la mayoría, con lo cual no hay ningún problema. Si cada uno asume su papel y hace su trabajo, nos podremos poner de acuerdo en muchas cuestiones”, afirmaba con contundencia.
Una vez analizado el papel de la ‘barrera de contención’, tocaba ‘mirarse el ombligo’. Sobre la mesa, una de las polémicas más sonadas de todos los tiempos, el sin rumbo del Centro de Creación de las Artes de Alcorcón (CREAA). Al plantear si la gestión fue la adecuada, De Andrés apuesta por contextualizar: “estamos hablando de una infraestructura que se pone en marcha, se diseña, no ahora, en una época de austeridad económica, sino en otro momento económico, social, en otra época. Fue un proyecto que estaba avalado por dos programas electorales y por la opinión favorable de las asociaciones participantes”. No obstante, reconocía, “si esa decisión tuviera que tomarla ahora, no lo haría”. Sobre el porvenir del centro, incidía, “estamos hablando y mostrándoselo a numerosos agentes sociales”, “estoy convencida que en estos cuatro años el CREAA va a tener una solución”. Una solución que podría pasar por la implantación de un centro universitario público, la alternativa que “más agradaría” a la alcaldesa.
Ensanche Sur, objetivo prioritario
Poniendo de relieve la herencia de “caos absoluto” que dejó el PP, la mandataria local desgranaba su hoja de ruta erigiendo, como uno de los objetivos clave, el barrio de Ensanche Sur. “La morfología de la ciudad ha cambiado y hay un nuevo barrio con nuevas necesidades al que hay que dar solución”. Entre los salvavidas que conseguirían que el barrio siguiera creciendo, destacan la confección de una nueva Junta de Distrito específica para esta zona posible gracias a la modificación del reglamento; la petición a la Comunidad de Madrid de levantar dos equipamientos de carácter social: un centro de salud y un instituto, o la ampliación de la línea 10 de Metro, algo que redundaría en el beneficio de la población en general.
Según la alcaldesa, el abandono de la ciudad era patente, y sacaba a relucir la limpieza, una vieja cicatriz aún abierta; la situación “irregular” de diversas escuelas infantiles o las escuelas de danza Víctor Ullate y Antonio Canales; el déficit en la plantilla de policías y bomberos alegando una inexistente reposición en ocho años. Todo ello, creíamos, infundado por la deuda que vilmente azotaba -y azota- el municipio; sin embargo, De Andrés tumbaba estas convicciones: “la deuda no ha afectado porque no había ningún problema a la hora de contratar cargos de confianza”. La diferencia entre ambas épocas, para la líder del Ejecutivo local, reside en “la gestión”.