Las últimas fases de desescalada han traido la vuelta de las reuniones y celebraciones religiosas presenciales. La Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de Nazareno y María Santísima de la Esperanza de Alcorcón ha denunciado la actuación del Gobierno consistorial y de la alcaldesa de Alcorcón, Natalia Andrés, al terminar el contrato de cese de su sede principal. Han añadido que el fin es “usarlo como almacén de utensilios de recogida de residuos sólidos urbanos y de limpieza viaria”, ha manifestado la Hermana Mayor, Arantxa Álvarez, en el comunicado emitido este lunes. 

Desde la asociación han acusado a la decisión del Ayuntamiento de estar motivada con “tintes políticos e ideológicos”. Además, Álvarez, ha considerado de “atropello y una falta de respeto”, al acto consistorial, hacia “nuestra Hermandad y a los más de 300 hermanos que componen nuestra entidad, así como a los numerosos fieles y devotos de Alcorcón”. 

La Hermandad, que fue fundada hace más de 30 años y registrada como agrupación social, cultural y religiosa en 1993, ha visto escapar el local, que les fue cedido desde el Consistorio en mayo de 2019, y en el que han desempeñado labores de ayuda comunitaria en el municipio, junto a otras asociaciones locales. Adscrita a la parroquia de Santa María la Blanca, ha llevado a cabo recogida y entrega de alimentos junto a cáritas y los comedores de la zona, para los más necesitados en estos momentos.