A estas alturas, es evidente que la inversión en energías renovables es imprescindible para tener un futuro mejor. Pero no siempre es fácil calibrar las ventajas y las desventajas de este tipo de iniciativas, que muchos colectivos miran con escepticismo por, en ocasiones, tener un gran impacto ambiental pese a generar energía limpia. Es el caso de la instalación de paneles solares a gran escala. Al anuncio de la construcción de un parque fotovoltaico entre Humanes y Fuenlabrada se ha unido la noticia de que el Ministerio de Transición Ecológica ha dado el visto bueno a la instalación de otro complejo en nuestra comunidad: entre Aranjuez y la población toledana de Ocaña se instalará la granja fotovoltaica de "Las Fresas", que situará al sur de Madrid a la cabeza en la producción de energía solar.
Sin embargo, varios colectivos ecologistas de la zona han recibido esta noticia con rechazo, al considerar que la evaluación de la propuesta llevada a cabo por el Ministerio no ha calibrado de manera correcta el impacto ambiental que puede tener este proyecto en la zona. Los ecologistas se basan en un informe elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ofrece una visión bastante más negativa sobre las consecuencias que traería la instalación de los paneles en el ecosistema de algunas aves esteparias como la avutarda o el sisón común.
El Diagnóstico de Impacto Ambiental llevado a cabo por el Ministerio se muestra favorable al desarrollo del proyecto a manos de la empresa Romeral Solar, S.L, pero los colectivos opinan que la decisión de la administración "es palmariamente contradictoria a las evidencias aportadas en el procedimineto de evaluación amibental y al conocimiento científico demostrado en los informes aportados por las entidades" y añaden que el proceso de evaluación "deja sin protección a los ciudadanos y al medio ambiente y pervierte el procedimiento de evaluación ambiental convirtiéndolo en un metro trámite legal".
Los colectivos exigen que el Ministerio "rectifique" y deniegue el permiso para evitar el impacto ambiental "negativo, crítico e irreversible" de la construcción de "Las Fresas"
Los ecologistas, que se muestran así de duros ante la decisión del ministerio, se apoyan en un documento elaborado por el grupo de Ecología y Conservación de Aves del CSIC, que afirma que la construcción del complejo "destruiría" el hábitat de la avutarda, un ave que habita la zona en la que se va a llevar a cabo la intervención. Otras aves que también tienen presencia en la zona son el sisón común, el alcaraván y el aguilucho cenizo, todas ellas incluidas en el catálogo de especies amenazadas en Castilla-La Mancha, tal y como señalan los ambientalistas.
En su declaración acerca de la idoneidad del proyecto, el Ministerio se defiende afirmando que, simplemente desplazando los paneles dentro del espacio disponible se puede conseguir la coexistencia entre la planta y la fauna autóctona. A los colectivos no parece convencerles esta explicación, y exigen que el Ministerio "rectifique" y deniegue el permiso para evitar el impacto ambiental "negativo, crítico e irreversible" de la construcción de "Las Fresas". Además de la preocupación por las aves, las organizaciones señalan que en la zona ya se han proyectado otras instalaciones próximas que supondrán un desgaste ambiental, como los campos fotovoltaicos Tagus 1 y 2 y una zona de regadío superintensivo.
Esta reclamación ha agrupado a numerosos colectivos de nuestra región- como Avutarda Dientes de Sable de Valdemoro, la Confederación Nacional del Trabajo de Aranjuez, la Asamblea para la Defensa del Río Tajo de Aranjuez, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid- como de la próxima provincia de Toledo, de donde provienen S.O.S Aurelia (Ontígola), la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (Ontígola) y Ecologistas en Acción de Toledo. Esta misma asociación, Ecologistas en Acción, ya se manifestó en contra de la instalación de paneles solares entre Fuenlabrada y Humanes por motivos similares a los que ahora exponen.