Víctor Tapiador, un joven de 25 años con trabajo fijo como integrador social, desapareció en 'extrañas circunstancias' el 8 de marzo en la localidad de Aranjuez. Eran las 18:00 horas y se encontraba pasando la tarde en un bar con un amigo.
"Estoy tomando café, ya subo", fue el último mensaje que envió a su madre.
Su pista se pierde hasta, aproximadamente, la media noche. Si bien una cámara de un supermercado grabó cómo Víctor aparcaba el coche en el parking y abandonaba el lugar, hasta el día de hoy no ha podido filmar su regreso. Las investigaciones apuntan a que sus pisadas lo condujeron hasta una rotonda del municipio, una ubicación que simboliza el 'punto de quedada' vecinal, lugar donde se le vio por última vez.
"Víctor nunca aparcaba ahí... ¿Por qué iba a estacionar el coche en un parking a 500 metros de casa si por nuestra zona es fácil encontrar hueco?", se preguntan sus padres.
A día de hoy, tres meses después, todavía no hay rastro de él. Los cuerpos de seguridad, su familia y sus allegados han luchado fervientemente por encontrar alguna pista de su paradero pero, lamentablemente, las investigaciones se han paralizado debido a un bloqueo emitido por el Juzgado de Instrucción número tres hacia la Policía Local.
¿Qué le ocurrió a Víctor aquella noche? ¿Se subió a un coche con otra persona?
Alegando una falta de evidencias que indiquen carga criminal en el caso, las intromisiones del juzgado han provocado que la familia proceda a recurrir el archivo de su desaparición. Sus seres queridos aseguran que, se reanuden las labores oficiales de búsqueda o no, 'moverán cielo y tierra para buscarlo'. Sin embargo, piden que las investigaciones vuelvan a movilizarse por todos los medios 'desde arriba', ya que esa responsabilidad no recae en la Policía Local. La continuación oficial de la búsqueda es una prioridad en las posibilidades de encontrar su paradero.
"El juzgado alega que no hay carga criminal, pero de mi hijo no se ha vuelto a saber nada desde aquella noche", explican sus padres, dejando claro el gran abanico de hipótesis y circunstancias en las que el joven pudo haberse visto envuelto. "Se dice que pudo haber sido una desaparición voluntaria e, incluso, se ha llegado a hablar del suicidio. Sin embargo, nosotros desestimamos esas hipótesis. Víctor estaba muy ilusionado con su nuevo trabajo y con un torneo de pádel solidario que estaba organizando".
Cabe destacar que el móvil del joven dejó de funcionar a las 2:45 de la madrugada. Actualmente, sus seres queridos luchan, a través del abogado de la familia, porque un juez autorice el análisis del dispositivo en esas últimas horas del día de su desaparición. Este procedimiento podría desvelar si se produjo un intercambio de llamadas o mensajes con alguien.
"Lo peor es vivir con la incertidumbre, piensas que esto es algo que no te puede pasar a ti. Necesitamos que el caso vuelva a moverse y el juzgado retire el bloqueo para que la policía reanude sus labores de búsqueda", afirman sus progenitores.
A día de hoy, algunas de las incógnitas que salpican el caso de la desaparición de Víctor Tapiador son preguntas tales como:
¿Por qué aparcó aquella noche en un parking (prácticamente desierto) a 500 de su residencia cuando nunca lo hacía?
¿Por qué se le vio por última vez en la rotonda?
¿Por qué volvió una segunda vez al coche para coger algo pero se dejó la chaqueta?
¿Por qué dejó de contestar después de las 18:00 horas del 8 de marzo?
No obstante, la más importante para sus allegados sigue siendo "¿Qué le pasó a Víctor y dónde está?".