Apenas empiezan los nuevos Gobiernos y en Arganda del Rey ya ha saltado la chispa entre el Partido Popular y el PSOE. Al parecer, Alberto Escribano se ha llevado una desagradable sorpresa al entrar al despacho del alcalde y encontrarlo completamente vacío, "hasta los ordenadores se han llevado". Por sub parte, Guillermo Hita ha querido responder a las acusaciones del nuevo regidor y tildando de "estéril" la polémica que se ha levantado.
Apenas dos días después de tomar posesión como cabeza de nuestra ciudad, Escribano publicó un tuit en el que mostraba su nuevo despacho, equipado únicamente con un teléfono. En el mensaje aseguraba que, a pesar de no contar con ninguna clase de tecnología, no importaba "para trabajar por Arganda solo hacía falta ganas e ilusión". Palabras que no cayeron en saco roto, o así lo demostró el antiguo alcalde de la ciudad.
Hita decidió emplear la misma técnica que su sustituto y publicó otro tuit en el que narraba cómo fueron sus inicios de legislatura, muy similares a los del actual regidor popular: "el despacho que yo recibí de mi predecesor como alcalde estaba completamente vacío. Había sobre la mesa una caja de pañuelos de papel y una Biblia. El ordenador tenía el disco duro roto, por lo que era inutilizable".
Además, el edil socialista aprovechó la ocasión para poner sobre la mesa la deuda que también les acompañó en el inicio de su mandato, "recibimos una herencia de 156 millones de euros que se ha visto reducida en gran medida", y explica que, el ordenador que tenía en el nuevo despacho de Escribano "está en el nuevo despacho que ocupo dentro del Ayuntamiento, pues sigo trabajando como portavoz del Grupo Municipal Socialista y en ese despacho está".
"Precisamente en las conversaciones que estamos manteniendo con el nuevo Gobierno municipal habíamos acordado, horas antes de la publicación, una actualización de los medios materiales del Grupo", continuaba explicando Hita, tildando la polémica de "estéril" y augurando una legislatura llena de "excusas para explicar la paralización. Mal empezamos".
Había sobre la mesa una caja de pañuelos de papel y una Biblia