La tensión que ha experimentado el empleo y la actividad económica durante la pandemia, el aumento insoportable de los precios de la luz, de los combustibles y de los suministros en general ha generado un mayor coste en la producción que merma la capacidad de compra de los hogares.
Según el Informe de Cáritas-FOESSA el 20% de la población autonómica está en exclusión social. Esto supone 5 puntos más que antes de la pandemia. Y de ellas 800.000 estarían en pobreza severa. La vecindad de Arganda sufre la dificultad de llegar a fin de mes.
Es por ello que las Administraciones más cercanas debemos poner en marcha actividades de la economía social y solidaria como los MERCADILLOS VECINALES DE SEGUNDA MANO Y TRUEQUE, que ayuden a las familias a cubrir ciertas carencias o a conseguir algún ingreso adicional.
En otros países de Europa y en Comunidades Autónomas habituadas al turismo estos mercadillos de segunda mano, también llamados redes vecinales de trueque, rastrillos solidarios, zocos, mercados de pulgas, “zero waste market”… se han convertido en atractivo para foráneos y visitantes; visita obligada para un consumo más sostenible basado en la reutilización de todo tipo de cosas: ropa usada, objetos que ya no caben en casa, juguetes viejos, enseres, muebles reciclados, bicicletas sin uso, instrumentos abandonados, semillas autóctonas…
Estos mercadillos suelen trabajar paralelamente el componente cultural, por dos razones: se facilita la venta de las obras de artesanía, literarias, artísticas de manufactura local y alrededor del evento se genera un ambiente creativo y de fiesta.
De manera natural niños, niñas y adolescentes se forman en la competencia de “aprender a emprender” porque ven cómo sus familias propician un segundo uso de las cosas que ya no utilizan. En el Año Europeo de la Juventud tenemos poco que celebrar ya que la tasa de desempleo es particularmente elevada entre las personas menores de 25 años de la Comunidad de Madrid (33%). La tendencia actual es que en estos mercadillos se mueva cada vez más gente joven que busca originalidad asequible a sus escasos ingresos. La calle podría concebirse como complemento al espacio de coworking que ha abierto el gobierno socialista, donde se vayan fraguando proyectos como tiendas compartidas, bancos de tiempo... En una segunda fase, el Mercadillo Vecinal de Arganda podría reservar un espacio fijo para que, de manera rotativa y gratuita, se exhibiera la actividad del comercio local.
Un mercadillo inclusivo estable puede ser el canal para que éstas tejan redes de solidaridad
El número de asociaciones vecinales y de discapacidad ha crecido en los últimos años. Un mercadillo inclusivo estable puede ser el canal para que éstas tejan redes de solidaridad con la intensidad que requiere el delicado panorama actual. El Ayuntamiento debiera estar inmerso en la acogida de quienes han logrado escapar de la guerra de Ucrania. Los mercadillos son una herramienta sencilla para la integración social.
Suelen celebrarse en domingo, con una periodicidad mensual y la cesión del espacio, punto de luz seguridad y difusión corre a cargo de los Ayuntamientos que lo organizan.
Los antecedentes más directos de esta moción se encuentran en otras que he defendido en estos 7 años de oposición, como las relativas a “residuo cero” y a la Feria de la Economía Social y Solidaria. Especial recordatorio para el “Mercadillo Sostenible” que organizaron, durante varios años, el grupo local de Ecologistas en Acción y el colectivo 15M.
A simple vista las ventajas de un mercadillo de segunda mano serían tres: 1) conseguir un precio más asequible; 2) reciclar y reutilizar lo que hubiera acabado siendo un residuo que menoscabaría el entorno y las arcas municipales; y 3) cultivar la solidaridad y el consumo consciente.
Pero si se cuida el proceso, el Mercadillo Vecinal que voy a proponer al pleno de mayo del 2022 podría convertirse en un espacio de convivencia donde se recuperen tradiciones, se refuerce la identidad colectiva y se trabaje la confianza en las capacidades locales.
La reciente Semana Cervantina ha demostrado que, tras la pandemia, la vecindad tienen muchas ganas de disfrutar la calle. El tiempo meteorológico de Arganda propicia las actividades al aire libre.
Urge dinamizar el tejido social. Una ciudad que pasa los 56.000 habitantes bien merece ponerse a la altura de Paracuellos, Torrelodones, Villaviciosa de Odón, Las Rozas, Parla, Madrid, Almuñécar, Barcelona y tantos otros municipios de España que desde hace tiempo celebran su Mercadillo Vecinal de segunda mano. Cuentan con Protocolos de Funcionamiento ya elaborados en los que podría apoyarse el de Arganda del Rey. ¡Atentos y atentas a ver qué votan los grupos municipales el 4 de mayo!