El pasado mes de febrero, la oposición forzó la convocatoria de un Pleno Extraordinario para que el Gobierno diera cuenta sobre la gestión realizada para paliar los daños de Filomena. Durante todo el episodio de la tormenta, el Grupo Municipal de Ciudadanos ofreció todo su apoyo y disposición al servicio del Gobierno Municipal pero una vez pasada la tormenta tocaba rendir cuentas al Pleno de la Corporación.
En el Pleno se relató la cronología de acontecimientos, se resolvieron algunas dudas y se desveló que el Ayuntamiento no esperaba tal cantidad de nieve. Por otra parte, también se dejaron algunas incógnitas sin resolver como hasta dónde llega la obligación del vecino para retirar nieve, si se dieron acreditaciones o credenciales a los voluntarios que retiraron nieve para salvaguardarlos de posibles accidentes o por qué no se llevaron sacos de sal a la entrada de cada comunidad de vecinos, en lugar de solicitar a los vecinos que salieran recoger la sal en los puntos indicados por el Ayuntamiento.
Lo que no deja de sorprender es que el Gobierno critique la convocatoria de este Pleno sin reconocer la democrática función que tiene la oposición para fiscalizar su gestión. En este sentido, se achacó que el Pleno Extraordinario convocado por la oposición tenía por objeto el cobro de dietas de los concejales que no tienen asignación económica.
Recordemos que, en Boadilla, la oposición carece de asesores y cuenta con 10 concejales de los que 3 tienen remuneración parcial y 7 no tienen remuneración salarial gracias a la imposición de la mayoría absoluta del PP cuyo gobierno cuenta con 14 concejales con remuneración salarial y 12 asesores (número máximo de eventuales permitido por la ley en un municipio como Boadilla). No olvidemos que el coste de salarios por cargos políticos del Ayuntamiento de Boadilla alcanza un total cercano a los 1,7 millones de euros anuales.
Por otra parte, Ciudadanos llevó al Pleno Ordinario, entre otras, una propuesta para que todos los cargos políticos del Ayuntamiento firmaran un compromiso para el escrupuloso cumplimiento del protocolo de vacunación. El objetivo es que todos los vecinos tuvieran la seguridad de que ningún corporativo se beneficiaría de su posición para vacunarse adelantándose a su turno. Lamentable y sorpresivamente, la propuesta fue rechazada por los votos de los concejales del PP y del PSOE bajo argumentos tales como que la ética es algo personal o que se trata de una propuesta populista sin sentido.