El interminable litigio de la Finca de Romanillos continúa sumando capítulos a su historia. En el verano de 2017 conocíamos que la Justicia ratificaba la propiedad de la parcela a sus dueños, la familia Fitz-James Stuart Gómez, emparentada con la Casa de Alba. En aquel momento, el Ayuntamiento de Boadilla del Monte -con Antonio González Terol a la cabeza- anunciaba que recurriría en casación ante el Tribunal Supremo.
Sin embargo, el consistorio boadillense ha sufrido un nuevo revés judicial. El Alto Tribunal ha devuelto la propiedad de los caminos de la finca a la familia, pero, además, ha condenado al Ayuntamiento de Boadilla a “entregar la posesión de los mismos a la parte actora, cesando por su parte en todo acto posesorio o que perturbe la legítima posesión de los demandantes”.
El Alto Tribunal ha devuelto la propiedad de los caminos de la finca a la familia
Cabe recordar que Boadilla del Monte inscribió los caminos de la Finca de Romanillos en su inventario municipal. En concreto, cinco de los caminos del terreno -que supera las 1.000 hectáreas- pasaron a ser de titularidad municipal, permitiendo a los vecinos y vecinas que accediesen a la finca.
En declaraciones al Diario ABC, el abogado de la familia, Jorge Bernard, ha reconocido que “la familia está encantada con la resolución del caso. Llevan litigando desde 2013, cuando el Ayuntamiento se arrogó la titularidad de los caminos de Romanillos inscribiéndolos en su inventario municipal y colocando carteles en los que se indicaba que eran caminos públicos”.
Esta es la tercera vez que la Justicia reconoce la titularidad privada de la finca, ratificando que la familia Fitz-James Stuart Gómez posee el mayorazgo de Romanillos desde el siglo XVI. Una historia que se inició en el 2013 y que, parece, llegar a su fin en el cambio de década.