Una fatídica noche de un 22 de septiembre de 1991 la voz de Tino Casal se apagó entre el humo. El cantante asturiano que tantos hitos estaba cosechando en el panorama musical de la época, sufrió un horrible accidente que le costó la vida a sus 41 años.
Tino salió con sus amigos por la noche madrileña, "una noche como otra más" pensarían. Muchos incluso consideran que esa noche terminó la mítica Movida Madrileña. Pasaron la noche en el Stella, el pub de moda de los 80s, y después quisieron ir hasta un estudio de grabación en Pozuelo por lo que se dirigieron al coche. En aquel Opel Corsa viajaban, junto con el artista, tres personas más. Casal ocupaba el asiento del acompañante y no se puso el cinturón, fue la única víctima mortal.
Casal ocupaba el asiento del acompañante y no se puso el cinturón, fue la única víctima mortal.
Desde pequeño, Tino Casal tuvo bien claro que quería ser artista y así lo cumplió. Destaco en su faceta de cantante, pero también como compositor, actor, diseñador y pintor. Su trayectoria musical comienza con tan solo 13 años en el grupo 'Los zafiros negros' mientras estudiaba en la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo. Con su primer EP 'Neocasal' en 1981 revolucionó por completo el panorama musical.
Compuso tres discos más, 'Histeria' en 1989 fue su último trabajo. Tras esa publicación, decidió alejarse de la música para dedicarse a la pintura y en abril de 1991 presentó su primera exposición titulada 'Pinturas de guerra'.
A pesar de este trágico final, la estela de Tino Casal sigue reluciendo entre nosotros. Treinta años después, su música sigue creando adeptos y todos tarareamos sus míticas melodías. Con su revolucionaria estética y sus letras, el asturiano demostró ser un adelantado a su tiempo.