Muchos son los intentos que ha tenido el cine de adaptar los videojuegos a la gran pantalla, o a la pequeña pantalla ahora que las plataformas de streaming se han quedado con buena parte del pastel. La gran mayoría de películas resultantes son auténticos esperpentos sin sentido, realizados con la única intención de conseguir que un pequeño número de los fans compren la entrada.

Desde la película de Super Mario Bros de 1993, una sucesión catastrófica de fotogramas donde se nos presentaba un Mario con miedo a saltar, hasta “Sonic, La Película”, que tuvo que repetir el diseño de su personaje principal debido a que la versión original parecía un señor con un pijama de Primark, pasando por la saga de Resident Evil, que parecen competir por cuál de ellas es la peor. No obstante, me dejo muchas en el tintero como Hitman, Assassins Creed, Max Payne… todas ellas auténticas torturas para los que amamos las historias originales en las que se basan.