La Comunidad de Madrid lanza el primer laboratorio de agricultura abierta urbano en la región, denominado Agrolab Urban, a través del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) y en colaboración con el centro de formación en hostelería y restauración MOM Culinary Institute y el chef Paco Roncero, poseedor de dos estrellas Michelin, que dirigirá este proyecto.
Este convenio, que durará dos años, es la segunda colaboración público-privada en esta materia, tras el que se rubricó con el cocinero Mario Sandoval en el Agrolab de El Escorial y que recientemente ha sido reconocido con el I Premio Madrid Alimenta a la Sostenibilidad.
La consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura del Gobierno regional, Paloma Martín, ha firmado esta mañana un acuerdo en la escuela de gastronomía MOM Culinary Institute, situada en la capital, y cuyos alumnos participarán en el nuevo Agrolab Urban. En sus cien metros cuadrados de huerto se fomentará el uso de productos de calidad, ecológicos y tradicionales, con especial interés en el producto local, y los alumnos contarán con el asesoramiento de los investigadores del IMIDRA.
Tras la firma, Martín ha destacado la importancia de que el mundo de la gastronomía de tan alto nivel se una a esta iniciativa de la Comunidad de Madrid “para ir de la mano en la recuperación de la tradición agraria, así como en la innovación, en términos de sostenibilidad ambiental, social y económica”.
Cada mes, dentro de los Laboratorios de Agricultura Abierta, se organizan talleres que promueven la adopción de técnicas de cultivo sostenibles, con énfasis en la agricultura familiar y responsable desde el punto de vista social y ambiental.
Formación práctica y agricultura participativa
Cada mes, dentro de los Laboratorios de Agricultura Abierta, se organizan talleres que promueven la adopción de técnicas de cultivo sostenibles, con énfasis en la agricultura familiar y responsable desde el punto de vista social y ambiental, y con el fomento de productos tradicionales y de cercanía. Además, se hace hincapié en la agricultura participativa, como actividad potencialmente generadora de empleo.
Asimismo, se impulsa el intercambio de conocimientos entre generaciones y se regenera la conexión entre el campo y la ciudad. La producción obtenida se destina al autoconsumo de los participantes y el excedente se dona a entidades sociales. Ya son ocho las que participan en los distintos Agrolab.
Los laboratorios diseñados por el IMIDRA están contribuyendo al futuro del campo madrileño en dos de las líneas estratégicas contempladas en el Plan Terra, como el impulso al relevo generacional y la formación. De esta manera, se asegura el mantenimiento de una actividad agraria innovadora y rentable y, por tanto, un medio rural vivo, sostenible con un uso más eficiente de los recursos.
En los Agrolab de Móstoles, El Escorial y Madrid se plantan más de 50 cultivos hortofrutícolas, que incluyen variedades tradicionales e innovadoras como frutos del bosque, lúpulo o plantas culinarias, así como otras que favorecen la polinización y la lucha biológica de plagas, en una clara apuesta por una producción sostenible, de calidad y con productos diferenciados.