Después de los saques de honor fallidos del fútbol (2) y de rugby, que se llevaron daños colaterales, hay que agradecer al alcalde de Madrid que esta vez solo haya atentado contra su propia integridad física al intentar realzar un tirabuzón mortal.
Otra cosa se le podrá negar al alcalde de Madrid, pero que nos da grandes momentos es algo incuestionable. Porque además de su habilidad deportiva, también nos ha hecho reír con cierta torpeza a la hora de descubrir placas.
Pero, sobre todo, lo que hay que alabarle es su capacidad para reírse de sí mismo. Cada vez que uno de estos grandes momentos se han producido, el primer edil no ha tenido problema en hacer declaraciones al respecto, lo que le ha valido ganarse muchas simpatías, porque después de la torta que se pegó esta semana, el pobre estaba más preocupado porque el tirabuzón salió torcido que por haber estado al borde de romperse la crisma. Eso sí, todo lo hizo porque los niños pasasen un buen rato, ¡y vaya si lo hicieron! ellos y todos los madrileños que hemos disfrutado del momento en repetidas ocasiones gracias a las redes sociales.
Esto nos demuestra que José Luis Martínez Almeida es uno más, un mortal como todos nosotros, que a veces va más despeinado (incluso desarrapado en ocasiones), que no fue llamado por el mundo del deporte (pese a ser un reconocido hincha del Atleti) pero que tiene extraordinarios poderes para hablar a la velocidad del rayo. De su capacidad de gestión, en esta ocasión no vamos a hablar, porque reconozco que veo grandes luces, pero también alguna sombra... Para eso tenemos la información de SoydeMadrid.com, con la que podéis juzgar por vosotros mismos.
Otra cosa se le podrá negar al alcalde de Madrid, pero que nos da grandes momentos es algo que incuestionable