La Comunidad de Madrid amplía a partir de hoy el horario de visitas de la Finca de Vista Alegre de la capital, que permanecerá abierta al público de forma gratuita, de lunes a domingo, desde las 9:00 horas. Hasta ahora solo se podía acceder los fines de semana y días festivos desde las 10:00. La hora de cierre variará en función de la época del año, siendo hasta las 18:00 en invierno y prolongándose hasta las 21:00 en verano.
Este enclave emblemático del distrito madrileño de Carabanchel se abrió a los ciudadanos el 1 de mayo de 2021, atendiendo a una antigua demanda de los vecinos de la zona. Desde entonces, se han recibido más de 73.000 visitas.
Para ello, el Gobierno regional inició en 2018 el programa de rehabilitación de los espacios naturales y edificios que conforman este recinto. Con un presupuesto de 15,7 millones de euros hasta 2023, el proyecto de recuperación se está llevando a cabo en 17 de sus 45 hectáreas de extensión, y contempla la regeneración del entorno, la progresiva puesta en uso de edificaciones rehabilitadas y la consolidación del parque, entre otras actuaciones.
El Gobierno regional continúa el programa de rehabilitación de los espacios verdes y edificios emblemáticos que la conforman
Desde el pasado año se puede pasear por el Jardín Romántico, que cuenta con especies arbóreas centenarias y plantas exóticas que han sido tratadas para su recuperación, la Plaza de las Estatuas, la Ría y el Parterre. Además, en 2022 se ha facilitado el acceso al edificio de la Estufa, donde se puede recorrer el vestíbulo de entrada y el baño de la reina.
Este año también se iniciarán las obras de recuperación de la parte del jardín comprendido entre el palacio nuevo y los pabellones de la calle Arnedo, que permitirán la conexión del centro histórico de Carabanchel con la calle del General Ricardos.
La Finca de Vista Alegre es uno de los nueve parques históricos de la ciudad de Madrid. Estuvo en posesión de la Reina María Cristina de Borbón entre 1832 y 1856, para pasar a ser finca de recreo del Marqués de Salamanca, entre 1856 y 1889. Desde ese año, para saldar deudas, se vendió al Estado y se utilizó con fines benéficos, hasta que finalmente la propiedad pasó a la Comunidad de Madrid con la transferencia de competencias estatales.