Tras su presentación en el Hotel Mandarin Oriental Ritz (Madrid) el pasado 16 de septiembre, de la mano del chef Quique Dacosta, ‘Brugal 1888: El Ron Gastronómico’ comienza su recorrido por diferentes regiones para ofrecer nuevas experiencias gastronómicas maridadas ideales para compartir con aquellos amigos que te dan la vida. Y es que la amistad verdadera y la buena gastronomía tienen una cualidad en común: mueven montañas. Por ello, ron Brugal ha puesto en marcha esta nueva iniciativa con la que ofrece exclusivas experiencias para quienes se aventuran a probar nuevos productos de calidad y quieren recuperar el tiempo perdido con “los de siempre” alrededor de una buena mesa.
Con el fin de fusionar Brugal 1888 con la mejor gastronomía nacional, los 100 locales de hostelería que participan en la acción han elaborado sus propias propuestas gastronómicas en conjunto con una oferta de cócteles a base de este ron ultra premium y toques de Jerez. Propuestas que estarán disponibles para el disfrute de los consumidores desde el mes de octubre hasta fin de año. Concretamente, en Madrid serán alrededor de 25 establecimientos los que participen en ‘Brugal 1888: El Ron Gastronómico’ entre los que están Angelita Madrid, Papúa Colón, El Jardín de Alma, Raimunda y Terraza Cibeles, entre otros.
Además, como comienzo de cada experiencia, Nacho Vázquez, Brand Ambassador de Brugal, ha creado en exclusiva el maridaje perfecto para ‘Brugal 1888: El Ron Gastronómico’: el cóctel Sherry Touch, compuesto por ron Brugal 1888 con vino generoso Pedro Ximénez y ginger beer, todo ello servido en un vaso tipo highball con abundante hielo y decorado con stick de jengibre, una fina piel de lima y una ramita fresca de hierbabuena espolvoreada con azúcar glass.
Brugal 1888, el maridaje perfecto para los más gourmets
Brugal 1888 es el resultado perfecto de la ecuación tiempo, pasión y experiencia de cinco generaciones de Maestros Roneros. Un ron ultra premium doblemente envejecido, en barricas de bourbon y en barricas de Jerez, y que respira un espíritu puro, ligero y limpio. Ese proceso de maduración es lo que convierte a este espirituoso en una joya líquida excepcional y única, cuyos matices maridan a la perfección con la más alta gastronomía, gracias a la versatilidad que le dotan las cualidades organolépticas características de los vinos generosos.