Cada día más personas se lanzan al mundo del emprendimiento gracias al desarrollo de los ecommerce y la venta digital. Ahorrar en infraestructuras y almacenamiento ha hecho más fácil que emprendamos, sin embargo, lo más importante para que salga adelante tu negocio es lo evidente: Los clientes. Identificar de forma adecuada a tus potenciales compradores hará que tus campañas de marketing sean más eficaces y que, a la larga, ahorres, ya que irán destinadas específicamente a quien tendrá más probabilidades de generar una respuesta.
Siempre hay un roto para un descosío y ahí está la clave, no puedes pretender que todo el mundo compre tu producto o contrate tu servicio. Debes saber cómo encontrar a tu público objetivo para darles justo lo que necesitan y garantizar que lo toman. Con este fin te damos algunas claves para definir tu target:
1. Conoce tu producto
Puede parecer obvio, pero lo primero de todo es establecer las características de tu producto o servicio. Si no tienes claro para qué sirve, cuánto suele costar o con qué tipo de perfil se suele asociar el consumo de tus servicios no puedes hacérselos llegar a tu target. Dedica todo el tiempo necesario a familiarizarte con aquello que vendes.
2. Establece un marco general
Antes de afinar y acotar a nuestros clientes debemos hacer una primera valoración. A través de la información clásica de la edad, el género, el estado civil, población… Son datos, a priori, muy amplios, pero que ya determinan un grupo con unas características generales en el que después excluiremos a quien no nos interese.
Debes conocer la información y reaccionar ante ella
3. Características concretas
Una vez establecido el marco como base hay que determinar, según las propiedades de nuestro producto y los segmentos de población elegidos, cuáles son las personas que más pueden estar interesadas. Podemos tener cerradas parejas con hijos de X barrio, pero no todas se comportan igual.
Aquí nos interesa descubrir los lugares que frecuentan, qué comportamientos de compra tienen, sus aficiones, con quién se relacionan y, por tanto, quién podría ser una influencia para ellos. No nos importa tanto el artículo que vamos a vender como lo que va a rodear su consumo.
Si esas personas hacen uso de Netlix mientras toman nuestro chocolate o si se trata de colectivos que frecuentan ciertos establecimientos. Estos datos pueden conseguirse investigando a la competencia y las personas que acuden a ella. También a través de entrevistas gratuitas o contratando a agencias especializadas. Son útiles las encuestas y los datos que nos dejan las redes sociales y las herramientas de analítica web que trataremos en el siguiente punto.
4. Perfil digital
Qué redes sociales utilizan y con qué frecuencia, a qué perfiles siguen, sus horarios y lugares de conexión, las webs que visita, con qué dispositivos accede… Nuestra vida digital deja mucha más información y con mayor facilidad que la física y estos datos tienen mucho valor para nuestra empresa.
Es raro que nuestro local no vaya a necesitar presencia online y en ese caso te interesa que tu web aparezca en las primeras búsquedas de los clientes que ya hemos elegido. Saber cuánto tiempo pasan, de dónde vienen… Utilizar recursos como Google Analytics puede darte información, pero si no sabes responder ante ella para mejorar tus resultados en internet de poco te sirve. Si eres experto en tu oficio pero el mercado online se te hace un mundo puedes contratar profesionales como Agencia Eskimoz.
5. Segmentación
Una vez que hemos ido acotando y conseguimos varios nichos es importante determinar una serie de medidas que se adapten a cada uno. Nuestros potenciales clientes comparten una necesidad que vamos a satisfacer pero no tienen por qué tener las mismas pautas de conducta, formas de ocio ni maneras de comunicarse. Por esto mismo, dividir a los diferentes grupos que nos interesan para adaptar el mensaje a cada uno de ellos es una medida fundamental.