Todo trabajo debería estar vinculado al eficaz desarrollo del laboro, al esfuerzo y capacidad de resolución del currante que es el encargado de realizar las tareas a cumplir y el resultado provechoso o insatisfactorio del mismo en base al objetivo cumplido al cien por cien.
Según afirman los entendidos, esta sería al menos, la finalidad principal y que todo patrono tomaría como el productivo ejemplo a seguir en el mundo laboral, por supuesto sin obviar, que el propio trabajo debe de ser ventajoso para empresarios y trabajadores, cada uno en la parcela que les impone la posición social establecida.
Pero en la sociedad actual y en el mercado del trabajo del que disponemos, se dan una serie de circunstancias que denigran el total o una parte de las condiciones y circunstancias del puesto de trabajo con el consiguiente malestar a ambos lados de la baraja.
Unos aducen gastos insalvables y un encarecimiento abusivo de los costes salariales y los otros, se dan golpes en el pecho sosteniendo que existe una oferta de trabajo precario y cada vez con los derechos más recortados.
A todo esto, los agentes sociales encargados de la defensa de los trabajadores de los que dispone el país, andan dormidos en los laureles del interés partidista desmedido y en la corruptela sin precedentes de Alí Babá y los cuarenta ladrones o el Judas Iscariote, mordiendo la mano justamente al que les da de comer que no es otro que el trabajador de a pie y poniéndose en las manos precisamente de quienes dan las órdenes que no son otros que el gobierno, que camina a su único interés y para quien el silencio de las calles es un arma fundamental para mantener sus sillones amarrados.
Aquellos que deberían defender a capa y espada al currante, resulta que se han puesto la consigna de: usted fináncieme, deme dinero para gastar y repartir a los fieles, que ya me encargo yo de mirar para otro lado y de no dar un palo al agua, ni agitar las calles haciendo manifestaciones y soliviantando al personal.
El 1 de mayo debería marcarse en el calendario con la premisa de resolver la precariedad del mercado laboral
El lunes 1 de mayo se celebra el día internacional de los trabajadores, una fecha que en los tiempos que corren en nuestra España, debería marcarse en el calendario con la premisa de resolver la precariedad del mercado laboral, pero que presumiblemente quedará reseñada con una nueva pantomima de hacer el paripé y salvar los muebles de los desleales a los cargos que ostentan y que dicho sea de paso, dichas instituciones de siglas tan rimbombantes como vacías, conspiradoras e intrigantes, dan de comer a los susodichos y a la legión de chupópteros, aprovechados y jetas que forman el conglomerado de una tela de araña donde prima el «andando yo caliente, ríase la gente» y donde se mueve un nivel de emolumentos salariales similares en gran medida a las clases más pudientes.
El principio fundamental por el que dichas instituciones fueron creadas, que es defender al asalariado respecto al poderoso patrono, se les olvidó por completo y ha quedado diluido en otros intereses mundanos más relacionados con amasar ostentación y poder ilícito.
Por tanto, salvo imprevistos de última hora, un nuevo día del trabajador descafeinado y partidista nos espera, que tan solo servirá para que los mismos listos de siempre se hagan la oportunista foto de rigor y en cuanto acabe la «reivindicativa jornada», seguirán vendiéndose al poder y sin importarles lo más mínimo, aquellos que aun trabajando de sol a sol, continúan siento pobres a perpetuidad.
No existe peor mal, que el que un trabajador cumpla con su trabajo y encima no le cunda, ni para adquirir los productos básicos o para pagar la hipoteca. ¿Cuándo dejarán de permanecer callados los agentes sociales de los trabajadores, ante este auténtico dislate?
Es fácil saberlo, pero no procede la respuesta porque hiere. A estómago lleno, silencio administrativo, que dirían algunos con ironía. Que cada cual saque sus propias conclusiones, que está en su pleno derecho, mientras tanto, seguiremos confiando en que algún día no muy lejano salte la liebre y ponga en jaque mate a estos astutos zorros.