¿Qué cenaste ayer? ¿Y qué comiste hace dos días? Probablemente tengas que hacer memoria para recordar lo que tenías sobre la mesa. Sin embargo, lo que hiciste casi sin lugar a dudas es tirar lo que quedó en cada plato, e incluso en la fuente. Multiplica ese gesto por todos los hogares de tu barrio, suma y sigue con tu comunidad autónoma, el país y, finalmente, la inconmensurable cantidad de alimentos que se tiran a nivel mundial. Tus filetes a medio comer quizás no son muy apetecibles, pero lo más seguro es que haya otra tanta variedad de productos en perfecto estado que terminen en el contenedor. OLIO se ha propuesto que toda la comida termine donde debe: En el paladar de alguien que la disfrute.
Con la app puedes compartir cualquier producto comestible, no importa si está envasado o suelto, crudo, cocido, abierto, cerrado… Por norma general, si es algo que tú te comerías, está dentro del filtro. Sin embargo, hay que mantener ciertos estándares de calidad y OLIO marca algunas pautas sobre los artículos que puedes subir. Puedes compartir consumibles cuya fecha de consumo preferente haya expirado, pero no si su inocuidad está comprometida. Existe la posibilidad de dar bebidas alcohólicas, aunque queda bajo tu responsabilidad asegurarte de que su destinatario tiene la mayoría de edad de su país para tomarlo.
Hay infinidad de motivos para que quieras entregar comida: Se te estropea el congelador, una mudanza, exceso de compra… A todos nos puede suceder, pero la idea es que lleguemos a la misma conclusión y motivo para participar, evitar el desperdicio innecesario. Su mecanismo es tan sencillo como el de Tinder: Sube fotografías del producto que vas a tirar para que los usuarios vean su aspecto y los vecinos de tus proximidades sabrán de qué disponen en sus alrededores. Si les interesa lo que tienes para ofrecer pueden contactar contigo y que acordéis un punto de encuentro que te convenga y evitar desperdicio donando esa comida a quién pueda darle salida.
Puedes compartir más que comida
La cofundadora de esta empresa, Saasha Celestial-One, proviene de una familia de hippies y pasó gran parte de su infancia recolectando y reacondicionando infinidad de cosas. Maderas, plantas o latas para reciclarlas. Todo tiene un valor si lo miras con la perspectiva adecuada o si se lo entregas a la persona que puede aprovecharlo. Esta lección es la que sirvió de guía a la empresaria para volcar el concepto en relación a algo que todo el mundo necesita: La comida. Sin embargo, también cuentan con un apartado de no-alimentación.
Imagen: Google Play
Coger comida de extraños ya rechinará a los más susceptibles, pero si salimos de esta categoría tampoco se quedan atrás. En todo caso, OLIO siempre apela a la razón y el sentido común de los usuarios, de ahí que se puedan dar cuchillos de cocina (Siempre conforme a la ley de la región y sin incluir armas disfrazadas de utensilios). Ciertos medicamentos que se vendan sin receta y comida para mascotas también entran en este apartado. Quedan fuera de lo permisivo medicamentos con receta médica, cupones o artículos digitales. Así como productos piratas, de contrabando o contenido sexual explícito y armas. Regalar parte de tu despensa para no tirarlo es una de las misiones más destacadas, pero OLIO pretende hacer comunidad real entre tus vecinos incluyendo también la posibilidad de prestar herramientas y artículos o vender productos artesanales. Comprar menos cosas que no vamos a utilizar y disfrutar de las de otras personas que ya disponen de ese material y no lo necesitan en ese momento. Una misma taladradora probablemente de para varios bloques de tu edificio si no te dedicas a las chapuzas.