La rueda gira y no para por nadie, pero si en lugar de darle más cuerda somos consecuentes con nuestros actos y conscientes del daño que puede provocar alimentar un sistema económico y productivo que genera un enorme impacto ambiental quizás podemos marcar una diferencia real y hacer que los que de verdad controlan los engranajes cambien sus modelos. Porque sin personas que exprimir las principales contaminadoras no tienen sentido. El primer paso es darse cuenta de cuáles de todos nuestros pasos diarios inciden de verdad en la huella de carbono, ayúdate de Oroeco para descubrirlo.
El cambio climático nos ha alcanzado y lo que antes era una urgencia para tratar de frenar consecuencias nefastas ahora es un imprescindible para mantener nuestra subsistencia y la de las generaciones futuras. Que nadie se lleve a engaño porque desde casa no podemos cambiar el mundo con pequeñas acciones, pero no toda nuestra huella está en lo que echamos a los contenedores. Nuestro hábitos de consumo promovidos por las multinacionales también inciden en la contaminación y darles un toque de atención dejando de seguir sus normas puede hacer que esas reglas se adapten a nosotros y a las necesidades del mundo.
Iniciativas como los ODS ya promueven que sean los gobiernos los que incentiven y financien cambios significativos, que al final son los que tienen ese poder en su mano, pero al alcance de tu móvil está darle un toque de atención a los de arriba para que no viertan su basura sobre ti. Con Oroeco podemos seguir de forma automática el impacto climático que generamos con la calculadora de huella de carbono de la que dispone la aplicación.
Conoce tu huella de carbono a través de tus compras y actividad
De este modo somos conscientes de todas las acciones que conectan con el calentamiento global, desde conducir y volar (Más difíciles de cambiar porque no nos dan alternativas reales) hasta las compras y la eficiencia energética. Todo esto, por supuesto, siendo realistas con nuestras posibilidades y necesidades. Que nadie se sienta atacado porque su nivel de vida provoca más o menos contaminación, esto no deja de ser una herramienta que puede interesarte para, como mínimo, informarte. El uso que hagas de los datos queda en tu mano.
Nuestras compras mes a mes nutren el análisis de la app que las organiza por categorías para elaborar las estadísticas finales. Sin embargo, no se limita a indicarnos cuánto contaminamos, sino que además compara nuestro impacto con el de otras personas de nuestro área o amigos de Facebook que disponen de la aplicación. Cierto grado de competición motiva a ser más ecológico, así como su sistema de medallas por logros que se van acumulando y si conseguimos una cantidad considerable pueden canjearse por premios en la vida real.
Oroeco también nos da consejos para ser más sostenibles que podemos tomar o no. Así controlamos nuestra aportación que al final es lo que está en nuestra mano, en lugar de ponernos a otros como escudo para justificar algo que no nos apetece hacer.