El 26 de agosto de 2021 comenzaba la nueva vida de Luisa Rus, pues después de haber cuadrado todas las gestiones administrativas necesarias y haberse cogido unos días de vacaciones para poder utilizarlos para someterse a la doble cirugía de reasignación de sexo, iba a volver a su trabajo, por fin con su verdadero nombre. No obstante no hubo vuelta triunfal, pues tan solo cinco días antes de que esto ocurriera fue despedida por causas que ahora quiere llevar a juicio.
Pues tal como ella misma ha contado en una entrevista con El País, en el momento en el que se le remite la carta de despido, la empresa no es capaz de aportar ninguna prueba que defienda su baja de rendimiento en su trabajo. De hecho, todos los informes sobre su volumen de ventas en una tienda de Samsung ubicada en Callo en Madrid, demuestran que Luisa ha hecho muy bien su trabajo.
Yo no busco que me den 100.000 euros, busco que se sepa, y que se haga justicia
Sin embargo, la empresa Vexter Outsourcing, que pertenece a Randstad, se escuda en unos informes negativos redactados por su "store manager", R.B., que desde el momento de entrar en la tienda nunca ocultó el desprecio que le producía Luisa. De hecho, tras su despido la joven recibió una llamada de uno de sus exjefes sorprendido por su final laboral, y en la que le confesaba haber escuchado a R.B. referirse a ella como "el indefinido", el "tío-tía", "híbrido" o "travelo", para reírse de su condición de mujer transexual delante del resto de sus compañeros cuando no estaba presente.
A pesar de que la empresa le ha ofrecido "hasta 6.000 euros" por mediación de su abogada para no ir a juicio, Luisa se niega a aceptar el dinero porque quiere que su caso no quede en el olvido. "Yo no busco que me den 100.000 euros, busco que se sepa, y que se haga justicia", defiende la joven que el próximo 21 de enero se va a enfrentar a la primera vista del juicio tramitado por los Juzgados de lo Social en Madrid, y durante el cual van a declarar en su favor varios excompañeros de trabajo.