Como cada año, desde el 2003, el pasado 10 de Septiembre la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, ha promovido la celebración del Día Internacional para la prevención del suicidio. Este día tiene como objetivo poner el foco, a nivel mundial, de que el suicidio es algo que podemos prevenir.
La gran pregunta que nos hacemos es ¿cómo?, ¿cómo puedo ayudar a alguien que ha decidido acabar con su vida? Lo más importante es hablar de ello. Cualquiera de nosotros podemos ayudar a esas personas, podemos marcar la diferencia. Y no necesitamos ser “salvadores del mundo”, con pequeñas acciones podemos prevenir el suicidio.
En primer lugar podemos tomar conciencia sobre el suicidio, ¿sabías que en el mundo se suicida 1 persona cada 40 segundos? Esto supone tasas de suicidio muy altas, afectando a todos las edades, sexos y clases sociales. Es importante cambiar la concepción que tenemos sobre las personas que se suicidan. No son cobardes, no son personas que quieren llamar la atención, no son “locos” o “desequilibrados mentales”, son personas como cualquiera de nosotros, con una vida y una familia, que no tienen las herramientas necesarias o suficientes para gestionar su día a día.
Esas personas tienen un sufrimiento emocional tal que piensan que su única alternativa para dejar de sufrir es el suicidio
Entonces ¿qué podemos hacer? Generalmente las personas que se suicidan mandan señales de alerta antes de llegar a ese punto. Es importante que el entorno, amigos y familiares, estén atentos a esas señales y, que si hablan en cualquier momento de suicidarse o manifiestan pensamientos suicidas, los escuchemos atentamente sin infravalorar esas emociones, sin hacer comentarios del tipo: “no exageres”, “ya se te pasará”, “todo el mundo tiene problemas”, así no los ayudamos.
Esas personas tienen un sufrimiento emocional tal que piensan que su única alternativa para dejar de sufrir es el suicidio. Está en manos de todos y cada uno de nosotros ayudarles a encontrar otras alternativas, y, sino podemos ofrecérselas, al menos escucharles y apoyarles, y saber que no están solos y que, entre todos, encontraremos alternativas.