La Navidad es esa época del año deseada y temida, casi a partes iguales, convirtiéndose para algunos adultos (cada vez más, en una tendencia creciente) en un auténtico suplicio. Ahora que ya han dado comienzo las primeras compras, reuniones familiares, comilonas y prisas para cuadrar agendas y conciliar, algunas pautas conductuales nos ayudarán a mantener cuerpo y mente en un estado más parecido al convencional, sin un exceso de cambio y alteraciones que puedan afectarnos peligrosamente a nivel emocional:
1. Planificación y organización. En primer lugar, de los menús. La cocina puede llegar a convertirse en un espacio angustioso durante estos días por la falta de espacio y la cantidad de comida. Plantea el número de comensales y decide los platos a servir. Si optas con alternativas menos calóricas, con verdura, carnes magras y fruta de temporada, estarás ayudando, al mismo tiempo, a que todos controléis ese aumento de peso que pasará factura durante las próximas semanas, aumentando el nivel de ansiedad. Planifica todas las compras y lleva una guía por escrito para evitar gastar más dinero del necesario en tentaciones de última hora. Aprovecha rebajas, vales, saldos, promociones y todo aquello que suponga un desceunto en el precio final.
2. Comunicación fluida. Algunos encuentros son casi obligados y en ocasiones derivan en problemas y disputas. Expresa tus sentimientos con asertividad, esquiva los conflictos y siéntete libre de hablar, reír o llorar, aunque necesites hacerlo a solas.
3. Conciliación familiar. ¿Resulta difícil compaginar las agendas de los adultos con las vacaciones escolares? Ya son muchos los municipios que ofrecen campamentos navideños, colonias y jornadas deportivas para que los niños aprendan y se diviertan en un ambiente festivo mientras sus padres trabajan. También se ponen en marcha otros servicios especiales de ludotecas y actividades culturales que ayudarán a cuadrar mejor el tiempo libre.
4. Respeta las rutinas de descanso y sueño. Siempre que sea viable, mantén tus hábitos en los horarios de tus actividades principales, con el fin de no generar un descontrol del que te cueste mucho desprenderte a la hora de volver al trabajo.
5. Autocuidado. No debemos olvidar utilizar esos momentos libres para una pequeña escapada a la naturaleza, leer un libro, observar con detalle las decoraciones navideñas, pasear con tranquilidad, disfrutar del sol en los días con mejor tiempo, etc. Limita el consumo de alcohol y tabaco, que son sobreexcitantes y acentúan emociones como el mal humor, cuando aflora por estas fechas.
Organiza el tiempo, planifica salidas y agendas y realiza ejercicio físico para sentirte mejor estos días.
6. Enfócate lo positivo. Puede que durante estos días salgan a relucir carencias de aspectos que ya no nos acompañan y por los que sintamos especial tristeza a lo largo de estas semanas. Pensar en lo que tienes y no en lo que te falta hará que los sentimientos negativos no te arrastren hasta un punto en el que tengas que pedir ayuda.
7. Vertiente solidaria. Precisamente en consonancia con el punto anterior, y dado que no toda el mundo goza de la misma suerte, la Navidad es un buen momento para colaborar en recogidas solidarias de alimentos y juguetes, ejercer como voluntario en comidas y cenas para los más desfavorecidos o contribuir de alguna otra manera a cooperar con aquellas organizaciones que se dedican a mejorar la vida de familias y personas necesitadas.
8. ¡No te olvides del ejercicio físico! Durante el periodo navideño se multiplican las actividades que pueden ser una oportunidad para movernos: pasea por la ciudad para ver luces y mercadillos, baila al ritmo de la música, juega con los más pequeños y aprovechad para estrenar las nuevas bicicletas y patinetes, desplázate a pie siempre que sea posible y visita otras exposiciones, museos o espectáculos culturales para tener una buena excusa con la que obligarte a andar más de la cuenta. La actividad física favorece la conciliación del sueño y disminuye la ansiedad.
9. Expectativas realistas. Cuidado con idealizar situaciones, escenas futuras y eventos próximos. Publicidad, series y películas muestran circunstancias perfectas que no se dan en la vida real. La Navidad, como cualquier otro momento, es imperfecto, pero no por eso menos bello. Es inevitable que algo previsto pueda salir de una manera diferente a la que esperabas. Recuerda, asimismo, separar los problemas reales de los imaginarios.
10. Medidas anti Covid. No podemos olvidar que estamos inmersos en medio de una nueva ola de alta incidencia de casos, por lo que resulta indispensable restringir los encuentros a la mínima expresión y vigilar con ahínco el cumplimiento de todas las medidas preventivas al alcance.