Down Madrid ha incidido en la importancia de fortalecer el apoyo y la intervención especializada a las personas con discapacidad intelectual para mejorar su salud mental ante la nueva normalidad que se dibuja tras la pandemia de la COVID-19.
Así lo han manifestado desde la entidad coincidiendo con la modificación en Consejo de Ministros de la ley de nueva normalidad que contempla la eliminación de la obligatoriedad de la mascarilla en espacios exteriores a partir del pasado sábado 26 de junio siempre que se mantenga la distancia social.
Down Madrid ha explicado que el último año las personas con discapacidad han vivido, además de situaciones “excepcionales”, miedo, angustia, soledad e incertidumbre y ha subrayado el fuerte impacto que la pandemia ha tenido en la salud mental de este colectivo, afectando a su manera de pensar, sentir, actuar, relacionarse e incluso en la toma de decisiones.
Concretamente, algunas de las consecuencias detectadas tienen que ver con los trastornos de ansiedad, depresión, baja autoestima, falta de confianza en uno mismo, inseguridad, aislamiento o deterioro de las relaciones sociales, pérdida de autonomía, posible aumento de la agresividad o conductas impulsivas, aumento de trastornos obsesivo-compulsivos o mayor frecuencia de conductas compulsivas y la aparición del ‘síndrome de la cabaña’ que tiene que ver con el miedo a retomar las actividades y ocupaciones anteriores a la COVID-19.
Uno de los objetivos de Down Madrid es fomentar la Comunicación
En este sentido, ha asegurado que, ante estas situaciones, es necesario garantizar una respuesta de calidad desde el acompañamiento y la intervención terapéutica para prevenir, proteger y actuar, atendiendo a las necesidades particulares de cada persona y para volver a la normalidad anterior, poco a poco y sin sobresaltos.
De hecho, esto es precisamente lo que trabaja el servicio de Intervención de Down Madrid, ya que conoce las principales dificultades de la persona con discapacidad intelectual. De la misma manera, otro de sus objetivos es fomentar la comunicación que es lo que obstaculiza, en muchos casos, la percepción y reconocimiento de las cosas e impide expresar emociones y, por tanto, permitir a la persona con discapacidad intelectual adaptarse a emociones de alta intensidad.
En este sentido, la familia de Dani Coca, un chico con discapacidad intelectual miembro de Down Madrid, ha apuntado que el desarrollo, el aprendizaje y la socialización de manera continua en el tiempo es “fundamental”, ya que estas personas son mucho más “sensibles” a los cambios de rutinas.