Autor: Álvaro Frutos Rosado
Ilustraciones: Francisco Cruz de Castro
Locución: Lala
_La Navidad está cerca marido, los niños dejaron en casa sus juguetes y yo creo que a pesar de todo deberíamos pensar en que los Reyes no podemos quitárselos.
_ ¡Como para conseguir juguetes en algún lado!
_Los hombres sois insensibles. No podemos quitarles sus ilusiones. ¿No van a tener Navidad?
_ ¿Cómo lo vamos hacer? No es un problema de dinero. Si yo pudiera bajar a Madrid, pero es imposible, no ves como reluce por las noches de las bombas que caen. Dicen que las carreteras son socavones y socavones. ¿Quieres que baje?
_ ¡No! Dijo ella con cierto tono de rabia. _Son niños, solo niños y la realidad no puede matar la infancia, las ilusiones, los sueños.
_ ¡Es la guerra!
_ Tanta monta, monta tanto … dijo ella.
_ ¿Qué quieres que hagamos? Hago lo que tú me digas.
_ Bien, yo intentare improvisar una cena adecuada y además hay gente del pueblo que se han ofrecido para que tanto en Navidad, como Año Nuevo lo podemos celebrar con ellos, por lo menos tienen casa. Los niños estarán con otros niños y nosotros nos distraeremos. Sin familia, pero con gente que por lo menos nos hace creer que el cariño existe y seguirá existiendo.
_Lista Calixta. Pues ya lo tenemos solucionado.
_No. Tú siempre has dicho que la magia de la Navidad para los niños son los Reyes Magos. Los regalos, muchos o pocos, pero sin regalos no hay Navidad. Tus hijos están en la edad donde los Reyes es todo. Para ellos la Nochebuena no es nada, para los mayores es nostalgia. Cambiar de año cuando tienes cinco, pues dime que es lo que te ilusiona. ¿Comer uvas? Si fueran de chocolate. Los Reyes y los regalos y sobre todo la sorpresa. Los nervios de lo inesperado.
_ ¿Y qué hacemos?
_ Preparar regalos.
El creyó que aquello que no iba con él. Aunque sabia, por los años de convivencia, que la pertinencia no requiere demasiado ruido. Hay mujeres a las cuales no les hace falta levantar la voz, ni un poquito, para conseguir lo que quieren.
Días después ella tenía un verdadero plan de ataque. No le fue complicado ponerlo en marcha.
_ ¿Pero cómo voy hacer para conseguir un tren de madera? Yo soy incapaz de hacerlo. Está bien, sé que hay un carpintero en Navacerrada. Tendré que buscar pintura. Lo del balón si soy incapaz de saber cómo hacernos con uno…
El frio empezó a arreciar y con la nieve moverse se hacía difícil, el templo y su generosa ventilación hacia empalmar un resfriado con otro. El apelativo de mocosos a aquellos niños era adecuado pues los velones eran permanentes.
Madre y padre improvisaron en el abandonado coro un taller en el cual poder por las noches ir fabricando los regalos. Fue un proceso de descarte. “No tenemos materiales para hacer eso”. “Muy difícil” … “Imposible”.
Poco a poco, no obstante, todo se iba consiguiendo. No era de la perfección deseada, aunque el esfuerzo y la ilusión puesta por aquel matrimonio lo llenaba todo de valor. Eran como águilas hambrientas sobrevolando por encima de cualquier presa. Una vez descubierto un trozo de paño, un pedazo de madera, una pieza de cuero viejo, un poco de …lo cogían. Se habían provisto ambos de una especie de morral en el cual iban metiendo todo. Por la noche, decidían que utilizarían. Una vela les alumbraba, hasta que el sueño les rendía, descendían la escalera y se metían en sus jergones.
Aquellas fiestas fueron pasando, las primeras que pasarían lejos de casa, no las ultimas. No imaginaban en aquellos momentos, que su casa estaba convertida en escombros. Las noticias que llegaban de Madrid es que el frente estaba en las calles donde ellos vivían.
No era de la perfección deseada, aunque el esfuerzo y la ilusión puesta por aquel matrimonio lo llenaba todo de valor