Durante la inauguración del tan esperado Puente de la Concordia, José Luis Rodríguez-Almeida, se ha mostrado convencido de que esta nueva infraestructura se convertirá en "todo un icono de la ciudad de Madrid". Las obras, que han supuesto una inversión de 21 millones de euros y han sido ejecutadas y financiadas por la Junta de Compensación de Valdebebas, conectan desde ayer Valdebebas con la Terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas sobre la carretera M-12.
De esta manera, el alcalde no solo ha agradecido la construcción y ejecución de una "obra que no tiene precedentes" que "representa el mejor futuro de la ciudad de Madrid", sino también el detalle que ha tenido la Junta de Compensación con el pueblo ucraniano en estos duros momentos: la colocación de la bandera de Ucrania en la parte superior del puente.
El nuevo Puente de la Concordia tiene una anchura de 25 metros y una longitud total de 214 metros, de los que 162, los que discurren por encima de la M-12, no tienen apoyo alguno, convirtiendo a este puente en el de mayor distancia entre soportes de la Comunidad de Madrid.
Un gesto que nos recuerda la tragedia y el drama que está viviendo este pueblo y que no solo representa al pueblo ucraniano sino también a todos aquellos que queremos la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos
A su vez, Almeida ha querido celebrar el nombre de Concordia elegido para la nueva infraestructura ya que, según el alcalde, "nos permite conectar lo mejor de nuestro pasado, que es la construcción de una democracia bajo la constitución de 1978”, representada por la figura de Adolfo Suárez que da nombre al aeropuerto de Barajas, “y lo mejor de nuestro futuro, que es el modelo de ciudad y de desarrollo urbano”, representado por Valdebebas.
El mayor hito en el proceso constructivo tuvo lugar el pasado mes de abril, cuando se instaló el tramo central del puente de 130 metros de largo, 25 metros de ancho y 2.400 toneladas. La operación se llevó a cabo montando esta estructura en una plataforma lateral paralela a la M-12 y desplazándola posteriormente hasta su posición definitiva. La maniobra de desplazamiento tuvo una duración ininterrumpida de seis días y requirió el corte total de la M-12 durante ese período de tiempo.