En mayo de 2022 se registraron los primeros casos de viruela del mono en Europa, originando un brote que hoy está presente en 27 países, con más de 11.000 casos confirmados. A pesar de este número, la comunidad científica internacional cuenta con información escasa sobre la epidemiología y características de la enfermedad actual. El Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid ha participado en un estudio que demuestra que el contacto piel con piel es la causa más probable de transmisión del virus del mono en 181 pacientes de Madrid y Barcelona. La investigación, publicada en la prestigiosa revista The Lancet, también señala que la infección puede presentarse mediante manifestaciones atípicas no descritas hasta el momento, por lo que insta a los profesionales sanitarios para que estén atentos ante esta circunstancia, especialmente importante en el diagnóstico de la patología.
El doctor Eloy Tarín, dermatólogo del centro, ha hablado para Televisión Digital de Madrid, indicando que "se han tomado muestras de faringe y de las lesiones en piel para estimar la carga viral en cada paciente, que resulta más alta en la superficie cutánea. Esto, asociado a la anamnesis, que revela ciertos factores de riesgo relacionados con conductas sociales y contacto íntimo, lleva a pensar que la forma predominante de contagio sea, efectivamente, piel con piel por contacto directo y estrecho con las lesiones", algo que debe estudiarse más y, en virtud de las conclusiones, optar o no por el aislamiento domiciliario de los afectados por motivos respiratorios. A partir de la evidencia del contacto piel con piel durante las relaciones sexuales como principal vía de transmisión de la viruela del mono, las conclusiones de este estudio aportan información necesaria para alcanzar diagnósticos certeros, como que el patrón de transmisión ha cambiado en esta ocasión del contacto respiratorio al contacto cutáneo, junto a la aparición de manifestaciones no habituales: "desconocemos a día de hoy la causa que ha motivado que ahora sea esta la forma en la que se está extendiendo el brote, pero todo parece indicar que este es el nicho que ha encontrado en los países europeos, donde ahora está aumentando el número de casos", explica el doctor, quien añade que "por ahora no se puede excluir ni descartar que las gotículas respiratorias puedan tener algún papel".
El estudio, en el que también han participado los hospitales Germans Trias y Vall d’Hebrón, junto a la Fundación Lucha contra las Infecciones, se ha basado en el análisis pormenorizado de la epidemiología clínica y las características que presentaban 181 casos confirmados, de los que 175 eran hombres, con una media de edad de 37 años. En cuanto a las lesiones, todos tenían manifestaciones en la piel, con un número de lesiones inferior a las descritas hasta el momento -entre 3 y 20-. De los 181 casos, solo tres requirieron ingreso por complicaciones. En cuanto a la duración media del periodo de incubación, se situó en 7 días, un periodo breve que debe ser tenido en cuenta para valorar el momento de vacunación de los grupos de alto riesgo, ya que podría ser más eficaz la inmunización previa que la posterior a la exposición, según subrayan los investigadores.
Solo se puede diagnosticar aquello que se conoce
Nuevos síntomas
En el análisis prospectivo de todos los pacientes, se analizó, no solo el comportamiento sexual y la forma de presentación de la infección, sino que también se estudiaron los exámenes y seguimiento clínico y los resultados de las pruebas virales realizadas en muestras obtenidas de las lesiones en piel, garganta y mucosa anal. Todos los casos explicaron haber tenido sensación de malestar previo o posterior al sarpullido, pero además aparecieron algunas señalas atípicas, como proctitis -25% de los casos-, amigdalitis -11%- y abscesos -3%-. Por este motivo, los participantes en el estudio instan a los profesionales sanitarios a estar alerta ante cualquier sospecha de la enfermedad, particularmente en personas que viven en áreas con alta posibilidad de transmisión o exposición.
De forma especial, llaman la atención sobre la proctitis que presentaron muchos de los casos estudiados, ya que tuvieron manifestaciones sistémicas antes incluso de la aparición de las lesiones cutáneas, con "la inflamación de la zona muco-rectal, por donde ha entrado el virus, muy dolorosa según refieren los pacientes, y que puede estar acompañada de fiebre y malestar general", y también sobre la ulceración amigdalar, "que en algunos casos incluso dificulta la respiración, por lo que hay que tener un elevado nivel de alerta", expone Tarín. "Lo más llamativo y lo que más se conoce son las lesiones que hay en las zonas de inoculación del virus: alrededor de la boca, de la zona genital o de la perianal; solo se puede diagnosticar aquello que se conoce, y en nuestro estudio relatamos cómo hay otra serie de manifestaciones clínicas", sostiene.
"Apelamos a la responsabilidad individual de aquellos pacientes que, en presencia de lesiones, eviten el contacto directo tanto en el domicilio como a nivel más íntimo para evitar la transmisión. Está en nuestras manos el poder frenar esto, aplicando también la vacunación pre-exposición, que se constituye como el método que protegerá más y mejor, ya que dado su corto tiempo de incubación, no da pie a que se genere inmunidad vacunal" , concluye el experto.