Siempre asociamos los viajes con un período vacacional, de desconexión del trabajo y de diversión con los amigos o la familia. Sin embargo, son muchos los que no solo viajan por placer, sino que también, por trabajo. Nuestro país ocupa una posición privilegiada en este sector. Según el último ranking de la ICCA (International Congress and Convention Association), España es el cuarto país del mundo en el que más congresos se realizan al año (578), superado por EEUU, Alemania y Francia. Si nos centramos en las ciudades, encontramos que Madrid (154) ocupa el quinto puesto mundial, según ha publicado Hosteltur en una nota de prensa.
El turismo MICE interesa, y mucho. Ayuda a desestacionalizar la demanda. Sin embargo, este sector se ha visto afectado directamente por la COVID-19. Un hecho que ha acentuado problemas que ya venían tiempo atrás. Por ello, esta semana ha tenido lugar en el Madrid Marriott Auditorium un encuentro entre los cuatro grandes hoteles MICE de la capital y de grandes expertos del sector para analizar cuál es la hoja de ruta a seguir en la era post-pandemia.
La falta de personal cualificado, en el mercado laboral, es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el sector hotelero. Se estima que existen ya, y que se pondrá de manifiesto en cuanto vuelva a reactivarse el sector en el corto plazo, 400.000 empleos vacantes en Turismo en España, de los cuáles hay una demanda de 60.000 personas. Por ello, se mira al extranjero a la hora de buscar talento y formación. Sin embargo, las políticas sociales nacionales hacen difícil que grandes números de trabajadores internaciones venga a copar esos puestos. Asimismo, el sector ya detectaba que antes de la pandemia cada vez había menos personas formándose. Un hecho que ligan con los bajos sueldos, la falta de comunicación profesional y los códigos de vida que tienen las nuevas generaciones de profesionales.
Además de la dificultad de encontrar a profesional cualificado, el sector MICE se enfrenta al factor de no retorno de empleados tras un ERTE. Un hecho que impide la formación de equipos, funcionales, que conozcan el lugar donde trabajan y que está incentivando la subcontratación de terceros y extras.
Los tiempos se han recortado a la hora de realizar eventos, por otro lado. Antes de la pandemia, los hoteles jugaban con un margen de seis meses vista para organizar un encuentro. Ahora se ha reducido hasta los dos meses vista. Un hecho que está poniendo a prueba el engranaje hotelero para llevar a cabo los eventos donde distintas partes del hotel entran en juego: espacios, catering, cocina, personal de limpieza, stock, proveedores, etc.
La falta de personal en el mercado laboral, las normativas de seguridad de aforo, el corto plazo para organizar eventos o el desabastecimiento han sido algunos de los temas que se debatieron en un encuentro en el que también participó la AEDH y las consultoras hosteleras Hosteleo y Linkers.
A la problemática existente se suma el hecho de de no poder adelantar el dinero a los proveedores que abastecen los productos. Por ello, es necesario tener un músculo financiero para afrontar esta realidad, y no todos los hoteles lo tienen.
Todos los hoteles afirman que la seguridad es un factor determinante a la hora de llevar a cabo un evento. Un hecho que ha venido para quedarse a medio y largo plazo. Por ello es fundamental la innovación, la inversión y la evolución de los edificios, para su mejora en el cumplimiento de todas las necesidades de seguridad y salubridad.
Los intervinientes coincidieron en la importancia de seguir apostando por mantener precios competitivos y por la flexibilidad de la política de cancelaciones. Un deseo que se une al de dar carpetazo al modelo prepandemia y en apostar por la innovación, por dar solución a las nuevas demandas y por la búsqueda y retención de nuevos talentos.