Acaba con mas pena que gloria el mes de Noviembre, inmersos en zozobra social y tensión política, que de estas dos prebendas vamos mas que sobrados y nos hallamos a las puertas de la Navidad que inicia todos los años su caminar iridiscente en torno al llamado puente de Diciembre, que celebra por un lado la Constitución y por el otro la Inmaculada Concepción, dos fiestas de carácter nacional que forman parte de nuestra memoria y que alientan ilusión por las fechas venideras.
Más, es de ley aclarar que en los días de asueto del seis y el ocho del corriente, por un lado se conmemora honra al conjunto de normas, reglas y leyes que establecen un Estado de Derecho y por otro celebramos alabanza en honor y agasajo a la Purísima e Inmaculada Concepción, virgen que tiene su origen en una talla descubierta por un soldado mientras cavaba una trinchera, en la madrugada del 8 de Diciembre de 1585.
Pero en la practica mundana, la realidad es que estos primeros días del mes, son días de asueto, de planificación vacacional, asistencia al encendido de luces navideñas y desde luego preludio de lo que en breve nos espera, pues la Navidad tenemos agazapada a las puertas.
Alumbrémonos estos días, de nueva ilusión y coraje para afrontar la incertidumbre de lo venidero , que según camina el calendario económico del país y aunque algunas fuentes se empeñen en afirmar que se cumplen objetivos, la verdad es que no existen buenos augurios para el pobre ciudadano.
Ellos se comerán el turrón de almendras calidad suprema y el resto el de cacahuetes o sucedáneos
Es un hecho constatado, que para los únicos que no llueven chuzos de punta en estos momentos es para la clase política de cualquiera de los bandos. A ellos se la refanfinfla a como esté el precio del kilowatio, el salario o las cifras del paro. Por todos bien conocido es el refrán de “andando yo caliente ríase la gente”, que parece que las mentes pensantes que dirigen el país, se hayan aplicado al dedillo. Siempre caminando a su bola, inmersos en acciones “ejemplares” en busca de rédito electoral y pasando olímpicamente de los problemas reales de la sociedad del bienestar caduco.
No hay por donde agarrarlos, pues por todos lados te quemas o como mínimo sales escaldado.
Ellos se comerán el turrón de almendras calidad suprema y el resto el de cacahuetes o sucedáneos.
Pero a eso ya estamos acostumbrados, pues gobierne quien gobierne, el que mas tiene es el más afortunado.
Aunque algunos se empeñen en hacernos creer que todo el mundo tiene problemas, es bien cierto que las penas con pan son menos penas y esto lo entiende cualquiera.