Las vacaciones de verano no se han hecho esperar. Este fin de semana los madrileños se han puesto de acuerdo para viajar pero, sobre todo, para coger el tren, y es que ¡la zona de salidas de la estación de Atocha está al completo! Ni distancias de seguridad, ni control de aforos, algunos casi sin mascarilla... ¿Y todavía nos preguntamos por qué aumentan tanto los contagios en la región?
Algunas fuentes han remitido fotografías a Soy-de.com de cómo se encuentra en estos momentos la estación de Cercanías. Si bien es cierto que es una de las más concurridas, ¿dónde quedan todas las afirmaciones sobre el cumplimiento estricto de las medidas de seguridad en el transporte público? En las imágenes se puede comprobar como, tan solo en la sala de embarque, los pasajeros no dejan ni un mínimo de distancia interpersonal, ¿no se hacía control de aforos? Además, estas mismas fuentes aseguran que algunas personas no llevan bien puesta la mascarilla e incluso se la bajan mientras hablan con sus acompañantes... ¡Todo un despropósito! Teniendo en cuenta que los contagios en la Comunidad de Madrid están disparados.
El fomento del transporte público comienza por el cuidado y respeto de las medidas que permitan que el virus no se propague
Recientemente hemos podido conocer, tras publicarse el Informe Epidemiológico semanal, la posición de Madrid con respecto a otras comunidades autónomas, estando esta entre las que peores cifras de coronavirus guardan, con una incidencia acumulada de 717,2 casos, y superando la media nacional.
Si hacemos memoria, hace apenas un año, en la segunda ola pandémica que vivió el país, la comunidad tenía unas cifras similares a las de ahora. Y, si tenemos en cuenta los avances en las campañas de vacunación, que el 80% de la población madrileña ya tiene la primera vacuna puesta, y que casi el 60% tienen la pauta completa, ¿es normal que sigamos teniendo tan malas cifras?
Ni discursos ni moralismos ¡Acción!
Si bien es cierto que la responsabilidad ciudadana, en este caso, brilla por su ausencia, pues los pasajeros no se limitan a pasar por alto la distancia, sino que hacen caso omiso de la importancia de las mascarillas para evitar la propagación del virus, quitándosela a sus anchas o bajándosela para que sus acompañantes "les oigan mejor", ¿reside toda la responsabilidad en los ciudadanos? Probablemente no.
Desde Soy-de.com estamos intentando contactar con Renfe para conocer los protocolos que supuestamente llevan a cabo, pues el control de aforos debería ser un punto fundamental para evitar aglomeraciones como las que estamos viendo. El fomento del transporte público comienza por el cuidado y respeto de las medidas que permitan que el virus no se propague, no solo por discursos de concienciación.