El 31 de Agosto se celebra el 'Día Internacional de la Solidaridad', un evento que conmemora la fecha de fundación del sindicato polaco Solidarnosc (fundado por Lech Walesa junto a otros obreros), que dio lugar a un movimiento social no violento -llegó a unir a aproximadamente 10 millones de personas-, y que tiene como objetivo de promover y fortalecer los ideales de solidaridad como valores fundamentales para las relaciones entre las naciones, los pueblos y las personas.
‘Solidaridad’ se constituyó en la década de los 80 como uno de tantos órganos de representación colectiva de trabajadores ante medidas abusivas del Gobierno polaco, como fue la subida del precio de los alimentos, lo que derivó en diversos estallidos de huelga. Llegaron a ser ilegalizados, aunque continuaron con su objetivo de lucha y, entre muchos otros, estuvieron entre los responsables de la caída del muro de Berlín en 1989. Walesa, líder del movimiento y clave en la política del momento, fue consagrado con el Premio Nobel de la Paz gracias a que promovió los ideales de la solidaridad.
Ayudar, escuchar, prestar apoyo, colaborar, o contribuir a una buena causa son algunos ejemplos de acciones a seguir todo el año.
Según la propia ONU, no existen reglas fijas en torno a este día, cuya celebración se hace especialmente más compleja con motivo de las restricciones derivadas de la pandemia, pero más necesaria que nunca en un mundo marcado por las desigualdades sociales, el hambre y la pobreza. No obstante, y aunque cada nación es libre de festejar la Solidaridad durante cada 31 de Agosto, existen diversas ideas para poner en práctica al respecto y que cobran especial sentido e importancia durante la jornada de hoy, como realizar recogidas solidarias de comida, ropa o enseres para después distribuirlos entre los más necesitados, contribuir con las causas de organizaciones y entidades de apoyo a los desfavorecidos, realizar actividades sociales sin ánimo de lucro, hacer donaciones, o asistir a personas mayores o enfermas, entre otros.
Por solidaridad entendemos, principalmente, el “compromiso ético o, en su caso, legal de atender las situaciones de precariedad o necesidad, preferentemente mediante servicios de titularidad pública”, requisito indispensable para la construcción de un mundo más justo, pacífico y próspero. Cabe recordar que la semana que se inicia con cada 26 de agosto también se conoce, en homenaje a Santa Teresa de Calcuta, como “semana de la solidaridad”, por constituir un ejemplo de generosidad y entrega.