"Son establecimientos, normalmente a pie de calle, en edificios normales de viviendas que, de repente, se encuentran los vecinos con que están haciendo obras en los bajos y X semanas después se dan cuenta de que empieza a haber un montón de tráfico rodado en los alrededores y una chimenea de fondo".
Así es como define Maite Gómez las cocinas fantasma, presidenta de la Asociación Vecinal Pasillo Verde Imperial de Arganzuela. "Con la pandemia, las ventanas tienen que estar abiertas, con lo cual imagínate estar oliendo a frito todos los días a todas horas", sentencia Maite.
Hemos hablado con la A.V ante la noticia de que hasta un total de 10 locales de este tipo han recibido la licencia pertinente por parte del Ayuntamiento para comenzar con esta actividad en el distrito. En resumidas cuentas, "un lugar donde se cocina a nivel industrial, porque no es un fogón o dos", tal y como ha ocurrido en la calle Paseo Imperial.
Maite ha querido incidir en que se trata también de un problema de demanda ciudadana, pues quienes se sirven de estas cocinas para desarrollar su actividad son, principalmente, restaurantes de comida rápida de plataformas de comida a domicilio como Glovo o Just Eat. En este sentido, Maite ha querido destacar que la afluencia de ryders (los repartidores de comida rápida): "coge lo que tú has pedido por teléfono y te lo llevan a domicilio, con lo cual, esa moto aparca y arranca". Además, destaca que también es bastante elevado el tránsito de camiones de suministros.
Lo que ocurre, principalmente, es que los vecinos se ven obligados a "tener 18 horas diarias de gente cocinando y emitiendo gases de todo tipo, con lo cual, tú vas a estar oliendo a comida 18 horas al día". Y no solo habla de olores, sino también de los propios problemas que derivan de una cocina, como son los incendios. "Imagínate tener diez juntas en un local, a lo mejor, de 50m2 y cómo se multiplica la posibilidad de tener un incendio".
Le preguntamos a qué se debe el cambio del Ayuntamiento, que había denegado licencias en el mes de octubre y, escasos meses después, emite esas licencias a 10 locales en Arganzuela. Desde la A.V nos trasladan que "no es que les denegaran porque pensaran que era un problema para los vecinos. El problema era sencillamente que querían legalizar una entreplanta y no presentaba las características adecuadas según la normativa urbanística". Lo que destaca Maite es que, las licencias han sido concedidas pero "el arreglo que han hecho en ningún momento evita las molestias al vecindario".
La gente está muy, muy, muy descontenta. Por tanto, esto no deja de ser una actividad industrial en medio de una zona residencial. Esto es lo increíble, falla por su propia base. Paseo Imperial es una zona rodeada de edificios, viviendas...
Pasillo Verde Imperial nos acerca el descontento de los vecinos de Arganzuela, ya que se trata de una actividad de magnitudes industriales en una zona residencial donde hay viviendas. En especial, Maite nos habla de la zona de Legazpi, donde una de estas cocinas fantasma afecta directamente a un colegio con un total de 900 niños.
En este punto nos destaca la preocupación de padres y madres a la salida de los colegios, donde no paran de pasar camiones de suministro y ryders. Incluso, nos cuenta una historia de una vecina que "casi llegan a las manos", ya que "vas con el niño pequeñito de tres o cuatro años y tienes que dar la vuelta porque la acera está ocupada y te tienes que meter en medio de la calle aguantando el tráfico".
Otro de los aspectos que hemos tratado ha sido lo que hasta ahora han hecho desde las instituciones para tratar de solventar los problemas que causan a los vecinos y, si bien han creado un sitio especial dentro del edificio para que estos vehículos aparquen, los repartidores "ocupan la vía pública mientras no están repartiendo y están esperando a que les llamen". Por tanto, tampoco se puede aparcar. Además apunta cómo todos estos establecimientos se encuentran dentro de la M-30 para que "si alguien pide una hamburguesa, en un cuarto de hora la tenga en su casa".
A pesar de que estas licencias muchas veces no llegan a ejecutarse, los vecinos están convencidos de que las 10 cocinas fantasma de Paseo Imperial "se van a abrir, porque este es un negocio que está claro que a los madrileños les gusta". Así, Maite ha aprovechado la ocasión para trasladar un poco de concienciación entorno a las aplicaciones de comida rápida: "lo suyo sería que alguien cuando pida un Glovo o una comida de esta, se de cuenta de cuáles son las circunstancias".
Incluso, ha llegado el momento en que "hay restaurantes que ya no tienen cocina y piden comida hecha a estas cocinas industriales", nos cuenta Maite con asombro. "Es evidente que tener una cocina preparada te ocasiona muchos más gastos que lo que consigues cogiendo el teléfono y diciendo 'mándeme una paella para cuatro'".
La presidenta de la A.V finaliza su entrevista con nosotros trasladándonos que la prioridad del Ayuntamiento es "la rentabilización económica. Da igual que sean las terrazas ocupando vía pública, las cocinas... El caso es sacarle partido económico a todo esto sin tener en cuenta para nada cuáles son los problemas que ocasiona", sentencia.