Jesús García, portavoz en Madrid del Sindicato de Enfermería -que también representa al colectivo de matronas y fisioterapeutas- vuelve a hablar para los micrófonos de Televisión de Madrid y Soy-de. En esta ocasión, con el objetivo de tratar los temas relacionados con el estado de salud de los trabajadores de estos sectores tras un año y medio de pandemia.
En primer lugar, y entre las secuelas padecidas por el colectivo, encontramos los efectos del covid persistente entre todos aquellos que se contagiaron de la enfermedad: “creemos que es el principal problema de salud que van a tener nuestros profesionales”, anuncia García, quien recuerda que la inmensa mayoría del personal afectado contrajo el virus en el momento en que era más virulento, durante la primera ola, “cuando no había equipos de protección”. Al cabo de un año, añade, “los síntomas, incapacitantes en muchos casos, lejos de remitir, continúan”. Un problema “al que no se está dando una respuesta adecuada por parte del sistema sanitario”, al no existir, en la generalidad de los casos una prueba diagnóstica “que evidencie claramente la afectación orgánica provocada”, lo que los sitúa en “una especie de limbo”.
Una problemática difícil, a su vez, de medir y cuantificar, y que por el momento sólo permite trabajar con datos estimados. “Hay estudios británicos y de otros países que van un poquito más avanzados, y que contemplan que en torno al 10-15% de las personas que han pasado la enfermedad padecerán el covid persistente”, números que extrapolados a la cantidad “dramática” de profesionales sanitarios y de servicios esenciales que se contagiaron durante la primera ola, provocará que un número muy elevado de ellos sea víctima de estas secuelas, al menos, semipermanentes. García ha hecho referencia a la necesidad de compromiso por parte de las Administraciones y las distintas gerencias para “identificar” a los trabajadores afectados, dado que, has el momento “no se nos han ofrecido datos”.
Atención psicológica
García ha hecho hincapié, por otro lado, en las derivaciones psicológicas que el desarrollo de la pandemia ha provocado en los enfermos de covid persistente e incluso entre los miembros de la plantilla que se han mantenido sanos, por la situación especialmente delicada y la carga de trabajo a la que aún tienen que enfrentarse forma constante durante todo este tiempo, la cual se une a la problemática “que se arrastraba desde hace años, con una sobrecarga laboral importante y la inestabilidad en los turnos de trabajo, que afectan a la salud física y psicológica de los profesionales”. A este respecto, el portavoz de SATSE Madrid sostiene que “se estima que en torno a 8 de cada 10 enfermeras refieren estar estresadas y sufrir ansiedad, y 7 de cada 10 reconocen estar quemadas -el síndrome del burnout-, que llega a ser incapacitante para realizar las labores de su trabajo”. También el agotamiento emocional, la ansiedad, el temor o la angustia afecta a la práctica totalidad de estos profesionales, incluyendo depresión, ataques de pánico y estrés postraumático como los trastornos más comunes, “a raíz de la exposición de la atención a pacientes covid con los medios de los que hemos dispuesto”.
SATSE ha constatado que, transcurridos cerca de dos años desde el inicio de la pandemia, no se han puesto en marcha los programas y gabinetes de apoyo necesarios para dar respuesta a las necesidades de atención psicológica de los profesionales sanitarios que han sufrido durante muchos meses una gran carga de sufrimiento, ansiedad, estrés y desgaste emocional por su labor sin descanso contra la pandemia del Covid-19. El Sindicato de Enfermería subraya que las enfermeras, enfermeros, fisioterapeutas y el conjunto del personal sanitario han ido soportando, ola tras ola, innumerables situaciones de dolor, sufrimiento, impotencia y, en muchas ocasiones, de muerte, lo que, sin duda, ha hecho mella en su salud emocional y psicológica.
Es por ello que el Sindicato de Enfermería demanda la implantación de gabinetes de atención psicológica en todos los hospitales, áreas de Atención Primaria y otros centros sanitarios y sociosanitarios, como pueden ser las residencias de mayores, con el objetivo de ayudar a los profesionales ante las graves consecuencias que ha tenido para su salud psicológica y emocional la atención y cuidados a pacientes covid y con otros problemas de salud.
SATSE también reclama, durante estos días, un plan de choque para atajar la demora en las listas de espera que se ha desencadenado con la pandemia.
Plan de choque ante las listas de espera
SATSE reclama un Plan de choque para reducir las listas de espera, que, aseguran, se han “disparado” durante la pandemia. Denuncian que hay cerca de 700.000 personas esperando a ser intervenidas y la espera media ronda los cinco meses, siendo un 27 por ciento los que llevan más de seis meses. Asimismo, son 100 días los que hay que esperar para la primera consulta con un especialista, según explican.
Han reclamado al Ministerio de Sanidad y a las consejerías de Salud de las comunidades autónomas que acuerden, en el seno del Consejo Interterritorial del SNS, la puesta en marcha de un Plan de Choque que reduzca estas listas, tanto para ser intervenido o acudir a una consulta en los hospitales como para ser atendido en los centros de salud. Jesús García apunta en esta línea a la necesidad de “ampliar las plantillas estructurales ya. Los contratos covid, que acaban el 31 de diciembre, tienen que ser renovados en su integridad y destinarse a reforzar los centros sanitarios para poder hacer frente a estas listas de espera”.
En el caso de los centros de salud, estiman que entre cinco y hasta más de diez días suele ser ya el periodo habitual de tiempo que hay que esperar para poder ser atendidos por un profesional médico, lo que pude resultar en “un empeoramiento de síntomas leves, si no se tratan”, expone el portavoz del sindicato. Además, de manera telefónica, algo que rechaza el conjunto de la ciudadanía al mostrarse firmemente partidaria de la atención presencial, señala el Sindicato. Defienden que es de vital importancia volver a las consultas médicas presenciales en lugar de llamadas telefónicas para ofrecer una atención sanitaria más cercana y de calidad. Algo que sí han seguido realizando de manera generalizada las enfermeras y enfermeros durante la pandemia, no solo en los centros sanitarios sino también en los domicilios.
Ante esta realidad, SATSE incide en que, entre otras medidas, hay que generalizar en los hospitales la realización de las intervenciones quirúrgicas y las consultas externas, tanto por las mañanas como por las tardes, así como incrementar la disponibilidad de camas y del personal sanitario, especialmente de enfermeras y enfermeros dado el grave déficit estructural existente de estos profesionales en todos los servicios de salud. En este sentido, el Sindicato apunta que el Gobierno ha anunciado su intención de que los empleados públicos retomen el trabajo presencial a partir del próximo 1 de octubre, al entender que ya se cumplen las condiciones necesarias para ir avanzando en garantizar una mayor accesibilidad de la ciudadanía a los servicios públicos.