Carmen Mola no es una escritora, no es una mujer. La autora que se ha llevado el Premio Planeta por 'La Bestia' es, en realidad, el producto de marketing creado por tres guionistas, todos ellos hombres. ¿Por qué elegir el nombre de una mujer? ¿Por qué no? dicen algunos. ¡Qué histéricas!, comentan otros. La respuesta es sencilla: no todo vale. Hay que mirar con perspectiva. Está mal utilizar como nombre el seudónimo de una mujer si eres un hombre, o tres, y facturas miles de euros con una trilogía. ¿Sabes por qué? Porque igual tu hueco, o el de tres señores, podría estar ocupado en cualquier librería por una autora de verdad, de esas mujeres que escriben, que tocan, que cantan, que pintan, que crean. Sin embargo, en vez de aplicar una perspectiva de género a la realidad para observar que las mujeres seguimos estando infrarrepresentadas y que faltan nuestros nombres en estanterías, en carteles, en listas de premiadas… tres hombres deciden instrumentalizarnos, usarnos, y lucrarse con ello.
Hablan en nombre de una mujer en entrevistas, se inventan su vida y sus experiencias y escriben en su nombre, en nuestro nombre. ¿Para qué dejar paso? ¿Para qué dejar espacio? ¿Para qué dejar que seamos nosotras las que hablemos y escribamos sobre nosotras mismas o sobre lo que queramos contar? 'La Bestia' se llama la novela de estos tres señores, que son, a su vez, Carmen Mola, y que se han llevado el premio Planeta y el aplauso del patriarcado. Bestia me parece a mi el trasfondo de todo esto.
Carmen Mola no es una escritora, no es una mujer. La autora que se ha llevado el Premio Planeta por 'La Bestia' es, en realidad, el producto de marketing creado por tres guionistas, todos ellos hombres.