La huelga de Atención Primaria en Madrid parece recrudecerse por momentos, y a pesar de que los médicos y pediatras han abandonado su encierro dentro de la Consejería de Sanidad tras 36 horas de intentos, en vano, de hablar con los miembros del Gobierno.
Desde la Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts) de la región, convocantes de la huelga, han publicado en su página web la situación que han vivido durante su estancia en la sede de la Dirección de Recursos Humanos de la Consejería, una experiencia, a su juicio "represiva".
"Estamos sometidos a vigilancia continua por los vigilantes de seguridad (que, dicho sea de paso, solo hacen su trabajo y obedecen órdenes), que nos cierran la ventana si la abrimos, nos acompañan de dos en dos a la máquina de bebidas (que no funciona), comidas (casi todas caducadas) y café, y no permiten que desde fuera se nos facilite nada que no sea alimento o medicación", afirman en su testimonio.
El silencio, al parecer, sepulcral por parte de la Consejería, y el trato recibido en el edificio no ha hecho titubear a los manifestantes, quienes han salido al exterior reafirmando la necesidad de continuar con la huelga.
Estamos sometidos a vigilancia continua por los vigilantes de seguridad
Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también se ha pronunciado ante lo que, a su juicio, ha sido una actuación "muy infantil" por parte del comité. "Yo creo que esto no son formas", ha afirmado la presidenta.
Así mismo, Ayuso consideraba que más allá de un problema sanitario, "aquí hay un problema político que se está entrometiendo para intentar que no se solucione un problema laboral. Yo creo que cuando alguien dice que quiere negociar y lo primero que cuentan es que van a prolongar las huelgas hasta abril, hasta las elecciones, eso sí, ni los viernes ni los lunes y que su intención es, incluso, imponer quién tiene que ser el interlocutor y en cada negociación e ir cambiando los requisitos, lo que están buscando siempre es hacer este ruido".
Unas declaraciones que no han pasado inadvertidas, y parecen no influir en el rumbo de la huelga sanitaria.