Comenzamos el día con una iniciativa que llevará la ilusión a los más pequeños que están ingresados en los Hospitales de España y Portugal. Desde Disney, Italfarmaco y las Consejerías de Sanidad y Salud proyectarán la versión real de la película de Pinocho para que los más pequeños lo puedan disfrutar.
La gerente de relaciones institucionales del grupo Italfarmaco, Verónica Somodevilla, ha explicado que “esto es una iniciativa que llevamos haciendo desde hace ya cuatro años y que nos llena de satisfacción por poder ayudar a que los niños hospitalizados disfruten de su estancia de una manera más alegre”.
Esta iniciativa se realizará en varios pases en todos los Hospitales que tienen salón de actos, pero para aquellos niños y niñas que no puedan acudir al salón de actos podrán ver la película con “la ayuda de Disney+ podrán acceder directamente al estreno desde sus habitaciones”. Incluso la película se podrá ver en las UCIS, las salas de urgencias de pediatrías…
Estamos ahora mismo en 170 hospitales de España y Portugal y queremos llegar a todos
Por cuarto año consecutivo, Disney vuelve a llevar su magia a hospitales infantiles para que los niños ingresados tengan la oportunidad de disfrutar de un estreno, al igual que cualquier otro niño. “Pinocho” llega a sus habitaciones, coincidiendo esta vez, con la celebración del Disney+ Day. Una fecha de celebración muy especial en la compañía y en la que cerca de 1.200 niños y jóvenes de más de 100 hospitales de todas comunidades autónomas españolas y 870 niños de 60 hospitales de Portugal, tendrán la oportunidad de ver este estreno en primicia gracias a la labor y compromiso de todas las entidades implicadas que lo han hecho posible.
Pero esto no es todo, también han instalado un fotomatón en la entrada del hospital para que todos los niños que pasen por delante puedan hacerse una foto y llevarse un recuerdo con Pinocho.“Estamos ahora mismo en 170 hospitales de España y Portugal y queremos llegar a todos, por ello intentaremos que en cada estreno sumemos más hospitales”, concluye Somodevilla.