Los problemas del sueño pudieron estar presentes en el 7% de los siniestros mortales de tráfico en 2021, lo que significa que 77 personas fallecieron por este motivo. Teniendo en cuenta los datos de la última década, de media cada año, 75 personas fallecieron y otras 250 resultaron heridas graves.
Este es el dato aportado por el director general de Tráfico, Pere Navarro, durante la jornada Somnolencia y Conducción, celebrada en la sede central del Organismo y cuyo objetivo ha sido congregar a expertos de diferentes sectores para debatir sobre la somnolencia en nuestro país y cómo este factor tiene una incidencia directa en la siniestralidad vial.
Antes de proceder al comienzo de las exposiciones, Navarro ha destacado que el 42% de los siniestros mortales son salidas de la vía y que el 38% de los fallecidos fueron por distracción “un cajón desastre donde incluimos el móvil, en el que nos hemos centrado mucho en los últimos años, pero también la somnolencia y la fatiga, que son los grandes olvidados a los que quizás no les hemos dedicado la suficiente atención. Por eso, la celebración de esta Jornada sirve para abrir el debate y comenzar a trabajar en un tema que tiene un amplio recorrido”.
Ha recordado que la DGT fue pionera en 1997 cuando legislativamente recogió los trastornos del sueño en la conducción -una redacción prácticamente copiada en la Directiva Europea 2014/85/EU- y de carácter prohibitivo, porque no regula la asistencia del paciente y lo que la hace es que es percibida por el conductor como punitiva, en vez de beneficiosa. Esta característica sumada a la falta de coordinación entre las instituciones relacionadas con la conducción, nos lleva a que el cumplimiento de la legislación actual sobre somnolencia y conducción sea muy difícil de llevar a cabo. “Vivimos en un país que legisla muy bien, pero al que le cuesta cumplir, porque mayormente no arbitramos los mecanismos adecuados para hacerlo cumplir”.
El 42% de los siniestros mortales son salidas de la vía
Por su parte Irene Cano, jefa de la Unidad del Sueño del Hospital Ramón y Cajal de Madrid ha manifestado que la privación del sueño es prevenible y que afecta a la calidad de vida de las personas, por tanto, lo primero que ha apuntado es la necesidad de ser conscientes que estamos ante un problema de salud, por lo que la prevención y la promoción del sueño es fundamental para comenzar a trabajar.
La Doctora, ha aludido al igual que han hecho otros ponentes, a los conductores profesionales, y ha reivindicado para estos profesionales la necesidad de establecer circuitos urgentes de coordinación en las instituciones públicas y privadas para poder diagnosticarles y tratarles en el menor tiempo posible. “Son personas que no pueden dejar de trabajar, porque muchos de ellos son autónomos y la conducción es su herramienta de trabajo; por tanto, establezcamos, como ya se hace en algún hospital, esta atención preferente a estos profesionales de forma continuada”. Ramón Gil, Presidente del Grupo Medio Laboral CEDOA y coordinador de Grupos de Trabajo de la CNSST y Leyre de la Peña, médico especialista en medicina del trabajo para la Dirección Sanitaria de Asepeyo, también se han referido a los conductores profesionales en sus alocuciones. El primero ha recordado que el año pasado fallecieron 132 personas en siniestros laborales viales en itinere y otros 104 fallecidos durante la jornada de trabajo, una verdadera catástrofe a la que parece que es difícil poner freno. Ha aludido también a que las empresas han realizado un importante trabajo con sus trabajadores, pero que el 80% de los conductores profesionales son o bajo de tener amnesia y poder actuar en consecuencia y solucionar el problema.
Por último, Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia y presidente de honor de Fesvial, ha recordado que “conducimos como vivimos y como vivimos bastante dormidos y veloces, así conducimos, dormidos”. Montoro ha recordado algunos de los síntomas que la somnolencia tiene en la conducción, así como los efectos que ésta tiene en el conductor. También ha reconocido que es muy difícil investigar los siniestros que han sido causados por el sueño, pero si ha constatado que éstos son tremendamente letales. La solución a la falta de sueño es dormir, pero también ha apuntado que se puede hacer mucho en formación de conductores, en diseño de infraestructuras y detectores de sueño, siempre y cuando éstos puedan detectar otros parámetros cognitivos.